Por Miguel Ángel Delucio | @miguel_delucio
Los Minnesota Vikings son uno de los equipos más interesantes en esta temporada de NFL. A pesar de las lesiones y los contratiempos que han enfrentado tienen una marca de ocho victorias y apenas dos derrotas.
Todos esos baches y obstáculos se les presentan a las 32 franquicias, pero justo ahí es cuando sale a la luz quién tiene talento al mando y quien no. Para el equipo de Minneapolis esto ha quedado claro por un buen rato, pero este año es más palpable.
Mike Zimmer está mostrando su calidad como entrenador en jefe a pesar de todo porque vaya que han sido problemas de todo tipo. Primero, las múltiples cirugías en el ojo perjudicaron su salud. Después, perdieron a Sam Bradford por lesión, Teddy Bridgewater todavía no se recuperaba. Y para sumarle a la tragedia su corredor titular, Dalvin Cook, se desgarró el ligamento anterior cruzado.
Empero, todo esto se arregló gracias al conocimiento de su head coach y han evolucionado a un conjunto que es firme candidato a levantar el Vince Lombardi en febrero del 2018.
La ofensiva
Cuando Zimmer llegó a este equipo (2014) lo hizo con una meta clara: darle el balón lo más que se pudiera a Adrian Peterson. El corredor ya tenía problemas de lesiones pero seguía siendo la piedra angular de esta franquicia.
Mike lo intentó pero no se pudo y tuvo que reinventar todo. Más porque a Peterson después lo acusarían de abuso de menores por golpear a su hijo de cuatro años. Esto lo mantuvo la mayor parte de la temporada fuera. Esto le dejó mucha mayor responsabilidad al mariscal de campo novato, Bridgewater. Lo hizo medianamente bien y explotó para el siguiente año.
En 2016 las cosas pintaban de manera grandiosa. Todo indicaba que le podrían quitar el trono a los Green Bay Packers, pero Teddy sufrió una terrible lesión de rodilla. Ahí, tomaron la decisión de hacer un cambio por Bradford. Les funcionó gracias a su coordinador ofensivo, Pat Shurmur, quien creó un sistema muy bueno y que se adaptaba a las fortalezas de su QB titular.
Brad impuso el récord de mejor porcentaje de pases completados en una temporada, pero las victorias no llegaban a las cantidades esperadas. Terminaron 8-8 pero el futuro era brillante.
Este año los desafortunados sucesos no pararon. Empero, el equipo está tan bien armado que hasta un mariscal como Case Keenum se está luciendo y parece un All-Pro. Son pases cortos para abrir huecos y aprovechar coberturas en zona. De ahí explotan las habilidades de cada uno de sus jugadores de manera especial. Tanto que son la quinta mejor ofensiva en yardas generadas y la onceava en puntos.
La clave de todo esto es sencilla: Zimmer deja trabajar a su coordinador ofensivo y se concentra en lo que mejor sabe hacer que es defender.
La defensiva
Como se dice, este es “el mero mole” de Zimmer. Desde que inició su carrera como entrenador a principios de los años ochenta se concentró en evitar que las ofensivas anotaran.
Ha dirigido a los linebackers pero su especialidad es y será el perímetro. Para que se den una idea, él fue quien entrenaba a Dion Sanders en su época con los Dallas Cowboys (que probablemente fue la mejor de su carrera). Fue ganando reputación y tuvo tres chambas de coordinador defensivo. Primero con los Cowboys, más tarde con los Atlanta Falcons y finalmente con los Cincinnati Bengals. En esta última franquicia fue cuando se lució y al final su desarrollo tenía a los dueños en jaque, o lo dejaban ir o lo hacían entrenador en jefe.
El 15 de enero del 2014 llegó para explotar todo el talento que ya tenían los Vikings. Jugadores que se notaba que tenían todo para ser estrellas, pero les faltaba una guía.
Ahora esta defensa tiene a jugadores de Pro Bowl como Everson Griffen, Harrison Smith y Xavier Rhodes. Todos ellos ya estaban ahí y ahora le deben gran parte de su éxito a Zimmer. Por si fuera poco su primera selección de Draft fue el apoyador Anthony Barr, el siguiente año sería Trae Waynes (esquinero). Por si fuera poco en ese 2015 también fichó en la segunda ronda a Eric Hendricks.
En pocas palabras además de buen coach también tiene gran ojo para el scoutear y desarrollar talento. Así, Mike Zimmer es firme candidato al entrenador del año. Esto porque ya venció al otro que es Sean McVay.
Los Minnesota Vikings pasaron de ser un equipo malo a candidatos y sobre todo a tener el poder de sobrellevar las adversidades sin bajar el nivel de juego.