Los Chargers pueden soñar con llegar a un Super Bowl gracias al brazo de Justin Herbert, que ha demostrado mucha consistencia, lectura de juego y grandes espirales en los emparrillados.
En esta temporada 2022, se consolidó como héroe de los Chargers, porque los regresó a una postemporada y no sólo eso, tienen posibilidades de soñar con levantar un Vince Lombardi.
Porque los Chargers nunca en su historia han ganado un Super Bowl, sí lo han jugado, pero no han tenido la suerte de levantarlo, aunque con Justin Herbert tienen altas probabilidades de hacerlo.
Pero, esta historia parece de cuento de hadas, porque Justin Herbert está defendiendo los colores del equipo de su infancia en la NFL, algo que pocos se dan el lujo de hacer.
La cuestión es que, la vida del QB de los Chargers no fue tan fácil como parece, no se trata de llegar a universidad, pedir oportunidades y repetir en la NFL, se tiene que labrar el éxito y Justin Herbert sabe hacerlo a la perfección.
Los inicios de Justin Herbert en los deportes
Como gran parte de los niños en Estados Unidos, Justin Herbert no se enfocó en un solo deporte. Fueron varios los que práctico cuando comenzaba su desarrollo, pero el futbol americano era especial para él.
Creció a unos cuantos minutos del estadio de la Universidad de Oregon y su abuelo fue jugador de los ‘Patos Salvajes’, así que, todo indicaba que se decantaría por los emparrillados.
Y así fue, aunque nada fácil para llegar a la Universidad. Destacó, pero una fractura de fémur puso en riesgo su carrera. Finalmente, se recuperó y volvió mucho mejor.
El único problema es que, no recibía muchas ofertas de la división 1 en el futbol americano colegial y una promisoria carrera como pitcher en el béisbol le esperaba, pero fue paciente y rindió frutos.
Porque el entrenador de Mark Helfrich de Oregon en aquel momento, salvó su carrera y le ofreció una oportunidad, que tuvo que ganarse su lugar con Helfrich y varios entrenadores más.
Pudo entrar al Draft 2019 como principal prospecto, pero cumplió un deseo personal
Justin Herbert tuvo la oportunidad de ir al Draft 2019 como uno de los QB mejor rankeados y poder llegar a un equipo que centraría todo su juego en él, pero no lo hizo.
Decidió quedarse un año más en la Universidad de Oregon, decisión que se criticó, pero él sabía que jugar en el mismo equipo con uno de sus hermanos, era lo mejor que podía decidir.
Aquel año, fue uno de los mejores en su carrera y junto a su hermano, ganó el Rose Bowl y fue cuando la NFL le abrió las puertas, aunque había mucha duda por su “falta de liderazgo” y una “pobre mecánica de pase”.
Su llegada a la NFL y un error de los Chargers ayudó a su debut
Se enfocó en mejorar todas sus áreas de oportunidad y así llegó al Draft 2020, afortunadamente para él, los Chargers lo eligieron como su nuevo QB, no era cualquier equipo, era el de sus amores.
De inicio no fue considerado como el titular de la franquicia, sino que buscaban desarrollarlo, mientras Tyrod Taylor era el que manejaba los hilos de la ofensiva.
Peeeeeeero, un error de los médicos del equipo le dio una oportunidad de oro y que no desaprovecharía. Minutos antes del encuentro ante Chiefs en la semana 2, los doctores le perforaron un pulmón a Taylor.
Y con el encuentro encima, con sólo 30 segundos de comenzar el encuentro, Justin Herbert se enteró de que sería titular con su amado equipo. Y en aquel encuentro, casi le gana a Patrick Mahomes.
A partir de ese momento, Justin Herbert no dejaría el puesto de titular, además de que se convirtió en el general de la ofensiva de los Chargers. En su primer año, tuvo excelentes números.
En el 2021, mejoró sus números y estuvo a nada de conseguir la postemporada. Y en 2022, su tercer año en la NFL, logró postemporada y tiene muchas posibilidades de vencer a los Jaguars en la ronda de comodines.
Sólo Justin Herbert sabe lo que ha sufrido, sacrificado, expuesto y hecho para llegar a donde está, donde pocos llegan y donde todavía menos personas se mantienen.