Por Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11

Lucen lejanos aquellos días en los que Salvador Cabañas derrochaba clase y goles en la selva chiapaneca e Ismael Fuentes era un líder ejemplar en la zaga del equipo; o los tiempos en que Jackson Martínez imponía con su poderío en el área; incluso el Bofo Bautista regó su talento por aquellas tierras.

De eso queda poco y nada. Jaguares se convirtió en una parada a la que nadie quería llegar: recurrentes atrasos en los pagos, rumores sobre la venta de la franquicia, múltiples cambios de entrenador y futbolistas de un torneo para otro, y despidos de jugadores en plena competencia.

Tan sólo para esta campaña, que terminó con el descenso del club, Chiapas tenía a 19 futbolistas no nacidos en México, dos de ellos porteros que nunca jugaron, pues Moisés Muñoz llegó para ser el titular indiscutible.

Carlos López Chargoy, dueño del equipo, recibió en varias ocasiones la ‘recomendación’ de la Liga MX para que vendiera la franquicia, debido a sus constantes adeudos y a que no demostraba la solvencia necesaria para conducir a un club del máximo circuito.

Sin embargo, el directivo justificó que aunque hubo varios interesados, no llegó el comprador.

Foto: Mexsport

Chiapas estuvo casi 15 años en Primera División, tiempo en el que sólo clasificó nueve veces a la Liguilla, y las Semifinales fueron la máxima instancia a la que llegó.

Además del fracaso deportivo, las pérdidas económicas no son poca cosa para el conjunto chiapaneco.

Según Forbes México, el costo de Jaguares hasta antes de descender era de 38.2 millones de dólares. El equipo ya de por sí había visto reducido su valor en 13.3 millones de dólares en las últimas cuatro temporadas, casi el mismo tiempo en el que cavó su tumba para terminar en el descenso.

López Chargoy puede escribir el ‘manual perfecto’ de cómo descender a un equipo de futbol. Nulo trabajo en fuerzas básicas (los sub 20 de Jaguares tenían que vender boletos para completar sus sueldos), mensajes equívocos al equipo (al intentar venderlo sin éxito), mala elección de refuerzos, de entrenadores, etcétera.

Foto: Mexsport

Y el técnico Sergio Bueno también tiene un alto porcentaje de responsabilidad: él armó a este equipo que hoy perdió la categoría, y de acuerdo con lo denunciado por algunos jugadores, estaba peleado con varios de ellos, corrió a otros tantos y su autoridad iba más allá de la cancha.

Bueno ha dirigido por lo menos a 13 clubes en su amplia carrera como técnico y tiene en su haber apenas cuatro Liguillas y con éste, su segundo descenso (el anterior fue con Necaxa).

Qué lejanos aquellos tiempos de Salvador Cabañas, Fuentes, Jackson, Danilinho, el Bofo, Neri Cardozo, Avilés Hurtado y Silvio Romero, entre otros en distintas etapas… Hoy Chiapas está en ruinas y obligado a reconstruirse desde la Liga de Ascenso; de lo contrario, morirá.

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