Parece que algunos jugadores de la NFL no pierden el momento para meterse en problemas y les encanta estar con la policía.
Al parecer a Ray-Ray Armstrong se le hizo gracioso molestar a un perro entrenado al momento que salió al emparrillado a calentar previo al partido ante los Steelers y ahora está viendo las consecuencias.
El linebacker incitó y comenzó a ladrarle al can lo cual, según el alguacil del Condado de Allegheny provocó que se pusiera nervioso y quisiera soltarse de su cadena, poniendo en peligro la integridad del vigilante que tenía al perro y de Armstrong mismo.
Podría sonar tonto y poco grave lo que hizo el nacido en Florida pero en Estados Unidos provocar a un K9, como son llamados estos perros policías, es un delito grave y podría llegar hasta la cárcel por un tiempo. Además, la NFL también podría tomar cartas en el asunto y multar o suspenderlo.
Ray-Ray fue despedido el año pasado por los Raiders debido a sus numerosas penalizaciones pero fuer recontratado al inicio de esta temporada.