Los playoffs de la MLB siempre nos regalan grandes historias, anécdotas y datos curiosos. Para esta ocasión tenemos a un “gran” jugador, mismo que siempre ha tenido un aspecto en su contra: su estatura.
Hablamos de José Carlos Altuve, un chaparrito con un gran corazón y un talento inigualable. El segunda base se ha echado a un equipo al hombro y los tiene en las puertas de una Serie Mundial.
Nacido en Maracay, Venezuela, Altuve llegó a las Grandes Ligas ¡hace 10 años! Sí, el venezolano fue con su padre a un campamento de los Houston Astros. Después de las pruebas le dijeron que no regresara, pero él lo hizo.
Ahí, un scout, Al Pedrique, le vio potencial, ganas de demostrar que podía jugar beisbol y lo firmó.
La franquicia le dijo que tenían 15 mil dólares libres, solo sería cosa de que los aceptara. José, sin pensarlo lo hizo y de ahí comenzó la historia. Para que se den una idea, este 2017 ganó 300 veces más de lo que fue su primer contrato (4.5 millones de dólares).
Claro, le costó trabajo y mucho tiempo de adaptación. Hasta el 2011 se ganó un puesto con el equipo mayor y de ahí no lo soltó. Sus 1.68 metros de estatura no le impidieron absolutamente nada y rápidamente le enseñó a Estados Unidos que llegó para quedarse.
Ese mismo año empató una gran marca de franquicia: a Russ Johnson como el jugador con más partidos seguidos conectando hit. Además, fue la primera vez que lo vimos conectar un homerun dentro del diamante.
En pocas palabras, poco a poco se convirtió en una estrella y ahora es candidato al MVP de este año. Así de bien lo ha hecho.
Por si fuera poco, encontró a un socio en todas sus fechorías. Carlos Correa es otra gran estrella de este equipo y que gracias a su consistencia, han sido complemento perfecto entre ambos. Uno se mete a base y el otro vuela la barda para que ambos anoten.
Súmenle a Justin Verlander en la lomita y tenemos un equipo que tiene todas las piezas para ser campeón. Sin embargo, no hay duda que la historia y la estatura de José Altuve saltan a la vista. Cientos de niños en el mundo lo verán y aunque sean pequeños sabrán que pueden hacer lo que quieran.
