La vida, el deporte y concretamente el futbol representan una lucha constante en diferentes aspectos: ya sea buscar una medalla, un título, un reconocimiento o simplemente cumplir un sueño. El director técnico Jaime Lozano es consciente de ello y por esa razón, aprovecha este tipo de batallas para concientizar sobre las que no deberían serlo.
Además de encabezar a la Selección Mexicana Sub 23 antes y durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, el timonel tiene otro objetivo muy importante. Es padre de Luca, quien es autista, por lo que muestra que este diagnóstico no es una enfermedad, sino una forma de vida distinta a la que conocemos.
Luca es el mayor de los 3 hijos de Jaime Lozano y Catalina Serna. En México no hubo un solo doctor que brindara el diagnóstico correcto a la familia, por lo que tuvieron que ir a España a conocer más sobre el autismo. De regreso en la CDMX, 21 escuelas privadas rechazaron a Luca ante la desinformación sobre el tema.
Por esas razones, la pareja emprendió con diferentes ideas para contar su historia y acercar los datos necesarios a más gente. Catalina Serna escribió el libro “Mi Hermano Luca” y posteriormente lo llevó a las pantallas en un cortometraje con la voz de Eugenia, su segunda hija.
Aquí puedes ver ‘Mi hermano Luca’
Mientras tanto, Jaime Lozano hizo su parte con la organización Iluminemos de Azul y la colaboración de colegas como Javier Hernández, Guillermo Ochoa, Pep Guardiola, Rafael Márquez, Marc Bartra y Gerardo Torrado. A través de un video, las máximas figuras del futbol profesional hablaron sobre el tema y la empatía que necesita la sociedad.
Sin embargo, el objetivo principal de los Lozano Serna es dejar claro que más allá de la inclusión, todos merecemos el mismo trato y las mismas oportunidades. A la par, están cerca de ver a su padre y esposo en Juegos Olímpicos para poner en alto el nombre de México ante el resto del mundo.
Los inicios de Jaime Lozano en el futbol
Nacido el 29 de septiembre de 1978 en la Ciudad de México, Jaime Lozano lleva el apodo de El Actor por haber nacido en una familia de -obviamente- actores. Su madre es Ana Bertha Espín y su padre Jaime Lozano, ambos cuentan con gran experiencia en televisión, cine y teatro.
El camino hacia el futbol no fue sencillo, ya que las expectativas sobre Jimmy parecían estar en lo artístico, incluso en su pasión por la música. No obstante, él sabía a qué quería dedicarse y nunca se apartó de su pasión.
Lozano debutó como jugador en los Pumas y luego de un corto paso por Celaya regresó al equipo felino. Poco a poco se convirtió en pieza fundamental e incluso ídolo de la afición, se coronó bicampeón en los torneos Clausura y Apertura 2004, así que eventualmente también llegó a Selección Mexicana.
El motivo por el cual no participó en el Mundial de Alemania 2006 recayó en una lesión, pero eso no mermó por completo la carrera del ahora DT. Tigres, Jaguares, Cruz Azul y Morelia le abrieron las puertas hasta que decidió retirarse de las canchas.
Eso sí, la aventura continuó y una nueva etapa estaba por comenzar. Jaime Lozano estudió para convertirse en estratega y de paso, conoció a Ryota Nishimura, su hombre de confianza y auxiliar para Tokio 2020.
La familia como motivación en el futbol
Jaime Lozano regresó a México con la medalla de bronce en Tokio 2020 y sabemos bien a quiénes la dedicó. Además, contó con el apoyo de Catalina Serna en Tokio; lo sorprendió al viajar antes del partido de semifinales vs Brasil y pudieron celebrar juntos.
A pesar de que la vida del timonel gira entorno al balón, es bien sabido que su prioridad más grande está en casa. Algunas ofertas profesionales han quedado en el pasado porque la intención del director técnico es mantenerse cerca de su familia, hasta el día de hoy, pues ha sido anunciado como DT interino de la Selección Mexicana tras la salida espontánea de Diego Cocca.
Asimismo, México cuenta con un estratega que se convirtió en un vocero del autismo. Algunas personas consideran que este diagnóstico es sinónimo de vivir en un mundo diferente. La realidad es que ni Luca, ni los millones de niños autistas son raros, la falta de empatía está en el resto de la sociedad, que todavía está lejos de informarse.
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