“Look who we are, we are the dreamers, we make it happen, ‘cause we believe it”. Es la primera frase de “Dreamers”, la pegajosa canción oficial del mundial de Qatar 2022 que hemos escuchado hasta el cansancio en las últimas semanas.
Pero ¿quiénes son esos “soñadores”? Una interpretación obvia, nos remitiría a las figuras y jugadores que están cumpliendo el sueño de disputar (y eventualmente ganar) un mundial.
De la misma forma, la canción de Jung Kook de BTS, podría ser una oda a Qatar y el “sueño” de organizar por primera vez un Mundial en Medio Oriente. Es una canción, alegre, optimista y que apela a la creencia popular de “si lo sueñas, lo logras”.
Pero al mismo tiempo, es imposible separar el término ‘Dreamers’ de la canción mundialista, de los DREAMers, el sinónimo que se le ha dado a los migrantes en los últimos años: aquellas personas que arriesgan y dejan absolutamente todo en su lugar de origen, para buscar el sueño de tener una vida digna.
¿Por qué Qatar creó un campamento para trabajadores migrantes?
Labour City es un suburbio localizado en las afueras (muy afueras) de Doha y como su nombre lo dice, fue creado con el fin de concentrar (por no decir centralizar o segregar) a poco más de 70 mil trabajadores migrantes que llegaron a Qatar buscando una mejor calidad de vida.
Pero, ¿por qué crear un municipio exclusivamente para trabajadores migrantes? Podríamos decir que esta fue la respuesta del gobierno de Qatar ante las críticas y señalamientos por los derechos de los trabajadores contratados para construir la infraestructura necesaria para albergar la Copa del Mundo.
Así que en una muestra de “estamos cumpliendo con las reglas”, designaron algunas hectáreas para construir esta “ciudad”, para 70 mil habitantes en la que se puede encontrar una estación de policía, un cine, centro comercial, tiendas de autoservicios y hasta un estadio de cricket.
Es precisamente en las inmediaciones de este estadio de cricket donde yace un Fan Zone mundialista, con grandes pantallas, canchas a escala para jugar futbol y algunas decoraciones alusivas a Qatar 2022, con la excepción de que este Fan Zone no es publicitado por la FIFA, ni aparece en las guías turísticas. A diferencia de los Fan Zones ubicados en las zonas más populares y céntricas de Qatar, en este tampoco se vende alcohol, souvenirs, ni se observan mujeres o niños.
Industrial Fan Zone, el Fan Zone “secreto” de Qatar
Se trata del ‘Industrial Fan Zone’ creado para que aquellos obreros y trabajadores (seguridad, cocineros, carpinteros, albañiles, choferes, limpieza, etc.) que hacen posible esta Copa del Mundo, puedan disfrutar de la misma.
“Look who we are, we are the dreamers, we make it happen….” ¿recuerdan? La ironía (o tal vez cinismo) de que los obreros que construyeron estadios y trabajan largos turnos diariamente para garantizar que el mundial ocurra sin contratiempos, solo puedan ver su obra a través de pantallas gigantes y en un espacio reservado (por no decir segregado) para ellos.
En una de las entradas, se muestra una manta con un mensaje en árabe, inglés e hindi que dice “gracias por tu contribución para entregar la mejor Copa Mundial de la FIFA de todos los tiempos”.
Un agradecimiento hueco, como ha sido el trasfondo político y social de este mundial de futbol.
El testimonio de los trabajadores migrantes en Qatar
El gol de Portugal levanta los primeros festejos entre los asistentes a este Fan Zone. El 99% de ellos hombres, muchos de ellos provenientes de Nepal, Bangladesh, India, Pakistan, Sri Lanka, Filipinas, Botswana y otros países africanos vestidos con playeras apócrifas de Portugal con el nombre de Cristiano Ronaldo y de otras selecciones como Qatar, Ghana o Senegal.
Los gritos de “¡siiiiiuuuuu!” se escuchan por doquier, aunque Cristiano Ronaldo inició el partido en la banca.
Al platicar con ellos, todos coinciden en que les gustaría estar en el estadio y poder ver un partido, pero simplemente es algo que está fuera de su alcance.
Los boletos más baratos para asistir a un partido del mundial de Qatar 2022 Copa costaban 40 reales qatarís, algo así como $215 pesos. Pero el salario mensual de estos obreros, consta de apenas mil reales qatarís, algo así como 5 mil pesos mexicanos.
“Todo lo que gano, lo tengo que mandar para mantener a mi esposa y mis hijos. Sólo duermo y trabajo, duermo y trabajo, duermo y trabajo” me cuenta Abdul, quién agradece que exista este Fan Zone, pues es la única forma en la que pueden ver los partidos, los cuales únicamente se transmiten por BeIn Sports en la televisión de paga; algo a lo que tampoco tienen acceso.
Para darnos una idea de cómo es vivir ganando mil reales qatarís al mes, les diré que un litro de leche, cuesta 12 reales, 100 gramos de jamón 20 reales, un paquete de pan: 15 reales, un refresco 5 reales. Aquí ya van 50 reales y es apenas para armar sandwiches, con leche y refresco. Esta sencilla dieta por 30 días, nos costaría 1500 reales, es decir, ya vamos perdiendo.
Biju trabaja como guardia de seguridad privada, gana 1,300 reales al mes. “Comprar boletos es un lujo para nosotros, muchos llegamos endeudados a Qatar, pidiendo dinero prestado a familiares y amigos para pagar los costos de las agencias de colocación que nos consiguieron estos trabajos“.
Biju comparte dormitorio con 4 compañeros más, y este ha sido su primer día de descanso en un mes. No recibe pago por horas extras, ni por los días de descanso trabajados. Sabe que es injusto, pero no se queja con sus superiores, por temor a meterse en problemas, quedarse sin trabajo o incluso que lo deporten de regreso a su país.
Cuando me preguntó si había vuelos directos de México a Qatar, le expliqué que volé haciendo escala en París. “París, ¿te piden visa?, ¿qué te preguntan en migración cuando llegas en el aeropuerto?, ¿debo llevar mis estados bancarios?, ¿qué pasa si compro un boleto de avión y llegando no me dejan entrar?, ¿me regresan mi dinero?”
Una de las escenas más recurrentes que me ha tocado ver en los estadios, ha sido precisamente ver a los guardias de seguridad, sacar fotografías de sus padres, hijos, esposas, hermanos y seres queridos, para tomarles (valga la redundancia) una foto con la cancha de fondo. Un gesto simbólico, para decirles a los suyos, a aquellos que dejaron a miles de kilómetros de distancia, en sus lugares de origen, que “los han llevado al mundial”, aunque sea a través de una fotografía en su teléfono celular.
¿Segregados del mundial?
Preparar, montar, construir y operar diariamente un Fan Fest para que los obreros migrantes puedan disfrutar del mundial, puede parecer un gesto noble a primera vista; sin embargo no deja de parecer extraño que este sea el ÚNICO Fan Fest al que pueden entrar, toda vez que aquellos publicitados por FIFA y el Comité Organizador requieren que los asistentes presenten la tarjeta Hayya, la cual, en principio, sólo se puede obtener si compraste boletos para algún partido del mundial.
Así que sin boletos y sin Hayya card, Abdul, Biju y el resto de trabajadores que habitan en “Labour City” no pueden entrar a los Fan Zones desplegados para turistas y visitantes en las zonas más céntricas de Qatar.
Portugal aplastó 6-1 a Suiza, Cristiano Ronaldo entró de cambio y los gritos de ¡”siiiiuuuu”! siguieron sonando en el ‘Industrial Fan Zone’; el cual también contó con un show de medio tiempo, en el que un DJ acompañado por dos bailarinas (una con la bandera de Suiza y otra con la bandera de Portugal) animaron a los trabajadores presentes.
En medio de dicho baile es que Biju se anima y me pide tomarnos una foto juntos. “Mexico, nice people” me dice al despedirnos; no sin antes levantar su puño en alto, mientras grita “¡PORTUGAL!”
Mientras camino hacia la salida, es imposible no pensar que este FanZone no sólo busca entretener a los trabajadores, sino de paso mantenerlos alejados de las zonas céntricas; lejos de las postales con rascacielos y de los pabellones turísticos por los que se pasean miles de turistas. Vaya, se siente de alguna forma, que los están “escondiendo” para que no “obstruyan” el paisaje de modernidad y belleza que Qatar quiere mostrar al mundo.
El problema no es Qatar, se llama pobreza y migración
Uno de los principales señalamientos contra el mundial de Qatar 2022 radica precisamente en el trato que ha dado a los trabajadores encargados de construir estadios y toda la infraestructura desarrollada durante más de una década para albergar la Copa del Mundo.
Organizaciones como Human Rights Watch y Amnistia Internacional han denunciado en repetidas ocasiones las condiciones en las que miles de trabajadores migrantes fueron contratados.
Algunos fueron traídos a base de engaños, otros tantos explotados en turnos laborales sin descanso o sin recibir paga durante meses; unos más viviendo en condiciones inaceptables y por supuesto, aquellos que perdieron la vida en diversos acontecimientos relacionados con el desarrollo de infraestructura mundialista; una cifra que se desconoce con exactitud, pues la opacidad del gobierno qatarí para manejar estos casos ha provocado que muchos certificados de defunción se emitieran sin especificar las causas de muerte.
Si bien los señalamientos se han enfocado en Qatar al ser el país sede de un evento que atrae los ojos del mundo, no podemos olvidar que los problemas, engaños, abusos y muertes que sortean diariamente los trabajadores migrantes es un mal generalizado en gran parte del planeta. Vaya, ocurren diariamente en nuestro país.
Ha sido gracias al mundial que hemos podido conocer las condiciones en las que sobreviven los trabajadores migrantes de Qatar, y ha sido también gracias al mundial (y sobre todo a la presión internacional) que Qatar ha reformado sus leyes para derogar la Kafala, que es el sistema (aún vigente en muchos países de Medio Oriente) que permite que un patrón pueda retener los papeles de los trabajadores migrantes para que no puedan salir del país, explotarles, no pagarles y básicamente violar todos sus derechos amparados por la ley.
Las reformas laborales implementadas en Qatar han sido reconocidas por Human Rights Watch, que al mismo tiempo señala que el problema ahora, será garantizar el cumplimiento de las nuevas reglas.
Por lo pronto, el mundial se acaba, pero la migración, segregación explotación y falta de oportunidades seguirá ocurriendo en todo el mundo.
¿Qué podemos hacer para que historias como las de Abdul o Biju no se sigan repitiendo?