Uno de los aspectos que más destacó durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 fue la participación de los perros guía. La mayoría de la gente en redes sociales se emocionó al verlos y la ternura que provocaron fue todo un tema de conversación. En la edición de París 2024 los volveremos a ver.
¿Pero por qué encontramos a estos lomitos durante el evento? Una de las categorías en el deporte adaptado es la de débiles visuales. Algunos atletas tienen mayor deterioro que otros; hay quienes perciben luminosidad o quien sufre una pérdida total.
Otros deportistas tienen diagnósticos que les impiden moverse con normalidad. Ya sean problemas en las articulaciones u otros padecimientos como epilepsia, provocan que el individuo necesite el apoyo de otras personas o seres vivos. Ahí es donde aparecen los perritos.
Los perros guía son fieles compañeros de varios participantes de los Juegos Paralímpicos. Les ayudan a trasladarse de un lugar a otro sin perder el control. En pocas palabras los ayudan a recuperar su autonomía, movilidad e incluso autoestima.
Eso sí, el panorama es diferente para cada persona o atleta. Así como pueden contar un un guía peludo, pueden necesitar ayuda extra de un Personal Care Assistant (PCA).
Por ejemplo, la nadadora estadounidense Becca Meyers cuenta con su propio perro guía, pero no es suficiente. Su pérdida de visión es tan grave que también requiere de la asistencia de otra persona. El Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense (USOPC) no tuvo el presupuesto para el viaje de su PCA y la atleta renunció a participar en la justa.
Perros guía en los Juegos Paralímpicos, no mascotas
Un punto que debemos entender cuando se trate de los perros guía en los Juegos Paralímpicos o fuera de ellos, es que no son como nuestras mascotas o como los que rescatamos. Ellos están entrenados para cumplir con un trabajo y cuando acompañan a los atletas están en servicio.
Por esa razón, se le pide a la gente que no intente acariciarlos cuando los ve por la calle o al pasar junto a ellos.
A man’s best friend. This guide dog’s little red bag reads “On duty now” ?
MIZUGUCHI Shigeo is enjoying the #OlympicTorchRelay with his best friend ?#UnitedByEmotion | #HopeLightsOurWay | #StrongerTogether pic.twitter.com/kSmuYIbyvW
— #Tokyo2020 (@Tokyo2020) June 25, 2021
La estadounidense Anastasia Pagonis perdió la vista por completo cuando tenía 14 años; la retinopatía autoinmune provocó que esta se deteriorara desde que tenía 11. La para natación representa un escape para ella y la ayudó a sentirse libre nuevamente.
“Tenía ansiedad extrema, depresión, trastorno de estrés postraumático. Era mucho que manejar“, contó a Olympics. No obstante, su mejor amigo y perro guía Radar le ayudó a cambiar y recuperar su vida. De su mano (o patas, mejor dicho) se volvió independiente y rompió dos veces el récord mundial de 400 metros libres en la categoría S11.