En Rusia hay un aficionado mexicano con la historia más conmovedora, respetable y loable que puedas imaginar, pues ha viajado al Mundial con una maleta llena de emociones.
Su nombre es Gilberto Martínez, es abogado, tiene 41 años y en 2004 se casó con Verónica Raschiotto, quien en 2001 viajó desde Lanús, Argentina, a la Ciudad de México en busca de trabajo y lo consiguió en una de las desarrolladoras inmobiliarias más grandes de Estados Unidos.
Con ella formó una familia y tuvieron dos hijos, Mía y Diego. Toda la familia viajaría a Rusia para seguir de cerca de la Selección Mexicana y a la Argentina. Diego ya había visto jugar en vivo a Lionel Messi, en Miami, en un amistoso del Barcelona, pero, relata Clarín de Argentina, que el objetivo era verlo ahora en la Copa del Mundo con la albiceleste.
CAMBIO DE PLANES
Sin embargo los planes se vinieron abajo el pasado 28 de abril, cuando Verónica y sus dos hijos viajaron a Miami a visitar al hermano de ella. Todos perdieron la vida en un choque automovilístico. Gilberto no quiso indagar en el accidente, ocasionado por un joven de 21 años, y se conformó con saber que todos murieron en el instante y que no sufrieron.
Gilberto Martínez, es un mexicano que cumplió el sueño de su esposa Verónica, que estaba por cumplir 43, Mía, de 6 años, y Diego, de 8, de ir al Mundial de Rusia 2018 y que por desgracia fallecieron en abril pasado, en un accidente automovilístico. pic.twitter.com/uVmv7ZPc30
— Billy Escobar 🏹 (@BillyEscobar7) 22 de junio de 2018
Su psicóloga le recomendó viajar de todas formas a Rusia para cerrar el único asunto pendiente que tenía con su familia. “Fue muy difícil llamar a la aerolínea y a los hoteles y pedir que cambien los nombres de los pasajes y reservas. Vinieron dos amigos en lugar de ellos. Uno, argentino”, relata Gilberto.
El mexicano y sus amigos lucen playeras de México con los nombres de Verónica, Diego y Mía, además porta los ID’s de ellos.
DÍA DEL PADRE
El pasado domingo, Gil presenció el partido entre Alemania y México. Al final del encuentro soltó en llanto, no tanto por la emoción del triunfo del Tri, sino porque no pudo festejar con sus hijos el Día del Padre.
“El partido de México fue terrible. Día del Padre. Era muy difícil. Era el momento de llegar, de vivirlo, de pensar en ellos. Hubo momentos muy fuertes, el momento del gol, el himno, cuando termina el partido. Drené mucho y saqué mucho. Este es un viaje que cada momento tiene un recuerdo”, compartió.
Explicó que tiene relación con Guillermo Ochoa, a quien le regaló los guantes que usaba Diego y después del partido, el arquero le mandó un mensaje por WhatsApp: “Esto fue por tu familia”.
Gilberto estuvo hoy en el partido entre Croacia y Brasil por un simple motivo: Diego quería conocer a Neymar. También estuvo en el juego que Argentina empató contra Islandia por la misma razón, pero tiene aún un objetivo pendiente antes de regresar a México al final de este mes: “Me encantaría que Messi firmara una camiseta para mi hijo acá. Estoy haciendo lo posible para llegar a él”.