En el mundo ocurren hechos sin precedentes que pueden dejar marcada de por vida a una persona. Así pasó con la deportista Anna Turaeva, una atleta rusa que ha sido multicampeona del mundo y que pasó por una humillación enorme y es que el personal de un aeropuerto la obligó a demostrar que era mujer para dejarla subir a un avión.
Para comprender mejor esta historia tenemos que dar un contexto de Anna Turaeva, pues la situación conlleva un par de hechos que es importante que conozcan y así quedará más claro para todos.
¿Quién es Anna Turaeva?
Anna Turaeva es una deportista rusa de 42 años de edad que se ha proclamado seis veces campeona del mundo y 10 veces a nivel europeo en powerlifting, deporte también conocido como levantamiento de potencia y que consta de tres eventos: la sentadilla, el press de banca y el peso muerto.
Por lo pesado de este deporte y la fuerza que se le tiene que implementar, Anna Turaeva decidió quitarse los pechos hace unos años y así competir mucho más cómoda. Sí, sufrió una transformación muy grande en su cuerpo pero no deja de ser mujer, hecho que en un aeropuerto no comprendieron y la hicieron pasar por una gran humillación.
Turaeva ha reconocido que su aspecto podrá no ser el más femenino del mundo pero sabe que es mujer y así se siente; practicar un deporte tan pesado no la priva de esto, por lo que ahora sí, conozcamos la historia que tuvo lugar.
La humillante experiencia en el aeropuerto
Anna Turaeva publicó en su cuenta de Instagram lo que vivió hace unos días y es que según su publicación, iba a tomar un avión de la aerolínea ‘Utair’ con destino a San Petersburgo y Krasnodar, su ciudad natal, pero previo a ingresar al avión, el personal la detuvo por un ‘problema’ en su pasaporte.
Como ya se hizo mención, Turavea sufrió una serie de cambios físicos y se nota distinta a como lucía en su pasaporte, por lo que al personal del aeropuerto se le hizo raro y le hicieron una serie de preguntas para confirmar que era ella y peor que eso, que sí era mujer, llegando al punto de cuestionarla sobre su sexualidad, preferencias sexuales y demás hechos que para ella fueron humillantes.
“Estaban interesados en quién soy yo, en mi vida y en mis costumbres en la cama. Fue humillante. No quise ser grosera, pero me sentí indefensa ante esa situación. Traté de demostrarles que soy una mujer”, confesó Anna Turaeva.
La atleta rusa contestó a todas las preguntas y les explicó todos los procesos por los que ha pasado en su cuerpo, dejando claro que es mujer y que no había por qué dudar de ella; pese a todo, la humillación fue muy grande.
Al final del día la dejaron cruzar y abordar el avión pero tras la denuncia que hizo en redes sociales la aerolínea pidió disculpas, pues no les pareció una acción correcta. Quedaron en ‘comprobar’ las acciones de su personal y aseguraron que no volvería a ocurrir.