El deporte profesional en muchas ocasiones sirve como escape de malas situaciones sociales y económicas. Un atleta puede recibir un mejor sueldo que casi cualquier persona común y eso los hace esforzarse por conseguir un contrato.
Peyton Barber dejó la universidad de Auburn para declararse prospecto para el Draft 2016. En la entrevistas previas al NFL Combine, donde se prueba a los jóvenes talento, el corredor dio una declaración que sacudió a varios.
“No sé si alguien lo sepa: mi mamá no tiene donde vivir. Así que lo estoy haciendo por ella”.
Barber corrió para 1,017 yardas y 13 touchdowns en 2015. No son malos números, pero tampoco lo suficientemente buenos para sorprender a los scouts. Sin embargo, ahora se sabe por qué dejó la universidad de manera prematura.
Historias como estas hay siempre y en todos los deportes que te puedas imaginar. Poniendo un ejemplo: el padre de la estrella de los Seahawks, Richard Sherman, es un recogedor de basura. El esquinero prometió a su padre recompensar su esfuerzo en un trabajo sumamente sacrificado, entró a una de las mejores escuelas en Estados Unidos como lo es Stanford y ahora es un ícono de la NFL.
Es así cuando se aprende el valor que tiene un atleta y su búsqueda por el éxito. Sólo queda desearle suerte a Peyton.
