El legado de las mujeres en el deporte es más grande de lo que muchos creen. Karla Wheelock nos enseñó que llegar a la cima, sí es posible.
Ningún camino es fácil y el de Karla Wheelock tampoco lo fue. Originaria de Saltillo, la alpinista fue conquistando todo México. Empezó escalando el Popocatépetl de 5 mil 452 metros, siguió con el Iztaccíhuatl de 5 mil 280, luego el Nevado de Toluca de mil 459 metros y terminó con la montaña más alta del país, el Pico de Orizaba de 5 mil 610.
Desde pequeña, a Karla le enseñaron el respeto y amor a la naturaleza. Fue inscrita en ‘Girls scout‘ y ahí la llevaron a conocer varias montañas para que las escalara y acampara ahí.
El hambre de triunfo siguió para Wheelock y la llevó a conquistar las montañas más altas de todo el mundo. Lo hizo con Aconcagua de Argentina, que mide 6 mil 962 metros. Siguió con el Denali, anteriormente denominado el monte McKinley de la cordillera de Alaska, para incluir también el Elbrus de Rusia.
El día de la hazaña:
El 27 de mayo de 1999 es una fecha grabada en la memoria de Karla Wheelock. 30 años de dedicación, de esfuerzo y de hacer que su cuerpo se acostumbrara a las superficies sin oxígeno. Se convirtió así en la primera latinoamericana en escalar las llamadas Siete Cumbres.
Una de las Siete Cumbres, es el Monte Everest que mide 8 mil 848 metros sobre el nivel del mar y Karla Wheelock se convirtió en la segunda mexicana en conquistar la montaña más alta del mundo. Eso sí, fue la primera en hacerlo por el lado Norte, el cual por la elevación natural del terreno, es mucho más exigente.
“Estoy en la cima del Everest, te hablo para que compartas conmigo este momento“, dijo una emocionada Karla Wheelock desde la cima, cuando le llamó a su mamá.
La promesa:
Conquistó el Everest pero Karla Wheelock prometió volver 10 años después y lo hizo. En 2009, volvió aún más complicado al tomar la ruta por la vertiente de China, del Tíbet por la cara norte, que es considerada la más peligrosa.
“Fue todo mi esfuerzo por representar a México por primera vez por esa ruta y a los 10 años, en 2009, regresé para cumplir mi promesa y reflexionando, para qué subir la montaña si allá arriba no hay oro, no hay premios, no hay medallas“, dijo en aquel entonces.
La frase:
Si algo ha marcado la vida de Karla Wheelock es una frase. “Tu actitud determina tu altitud“, ha repetido en muchas ocasiones.