La antología de historias curiosas dentro del futbol suma un nuevo capítulo. Hoy toca conocer a Bruno Fernandes, exportero del Flamengo que arruino su vida al tomar una pésima decisión y es que estuvo preso por el asesinato de su ‘amante’, por lo que su carrera se frenó de tajo y nunca pudo explotar como promesa de la Selección de Brasil… aunque hoy ya ha vuelto a las canchas.
De acuerdo a información del diario ‘Marca’ y algunos reportes policiales en Brasil, para conocer esta trágica historia tenemos que remontarnos al 2010, año en que todo sucedió.
Bruno Fernandes en aquella época era el portero titular y capitán del Flamengo en Brasil, considerado una de las máximas promesas del futbol nacional. Estaba en su mejor momento; era un ídolo, referente de su país, dicen que estaba arreglando su pase al Inter de Milán pero una mala decisión lo cambió todo.
Información sobre el caso dice que Bruno Fernandes y un par de cómplices asesinaron a Eliza Samudio, amante del portero del Flamengo y el caso causó gran revuelo por la forma tan sanguinaria de hacerlo: la mataron, destazaron, le dieron los restos a los perros y pese a las pruebas en su contra, negaron todo.
La policía de Brasil no tardó mucho en dar con los culpables y cuando menos a Bruno Fernandes le dieron una condena de 20 años y 9 meses en prisión, misma que no cumpliría en su totalidad por un par de detalles.
Desde el 2010 ha estado preso pero en 2017 fue liberado por decisión judicial provisional con motivo de demoras en su proceso, hecho que aprovechó para enderezar su camino y volver a jugar futbol, por lo que el Boa Esporte le dio la oportunidad y un contrato hasta 2019 pero 5 patrocinadores dejaron al club tras conocer su pasado, por lo que rescindieron de su contrato.
Fernandes siguió con un proceso judicial ‘a distancia’ donde tenía que cumplir ciertas órdenes para no volver a prisión. Este fin de semana el Pocos de Caldas, equipo de tercera división en Brasil, lo fichó y le do un contrato hasta el 2020, donde no hubo problema e incluso ya debutó.
Entró de cambio en la victoria de su equipo por 2-0. Unos 500 fanáticos vieron su regreso a las canchas y aunque ya tiene 34 años se dijo feliz de volver a jugar futbol: “la posición de arquero ayuda pese a mi edad y espero jugar muchos años todavía”, comentó Bruno Fernandes.
Fernandes necesitó de una autorización judicial como consecuencia de su cumplimiento de régimen semiabierto, que establece que debe dormir en Varginha, a 160 kilómetros de Pocos de Caldas pero pudo seguir con su sueño de jugar futbol profesional.