Antoine Griezmann ha cumplido una semana como jugador del Barcelona. El delantero fue presentado y portará el número 17, el mismo que usó Giovani Dos Santos en su última temporada con el Barça, ya que el 7 está ocupado por Philippe Coutinho.
El francés ya entrenó con gran parte del plantel, al que aún le faltan los sudamericanos que disputaron la Copa América, por lo que será el principal referente del Barça en la gira por Asia. El galo confesó en un adelanto de una entrevista con Marca, que ya pudo sentir el estrés de ser jugador blaugrana.
Sin embargo, también compartió que tras resolverse el fichaje con los catalanes no pudo evitar el llanto al momento de hablar con su padre. “Llamé a mi padre y empecé a llorar de felicidad porque ya estaba, ya se había acabado todo. Estaba con mis amigos, con mi mujer, con mis niños y fue un momento increíble”, declaró el delantero.
El francés aceptó que la parte más complicada fue durante las negociaciones, pues el delantero había anunciado al Atlético de Madrid que no seguiría con ellos desde la temporada anterior. Lo complicado fue cuando el equipo colchonero regresó a pretemporada y exigió al francés reportarse, pues la cláusula de rescisión no se había pagado.
“Mucho estrés, mucha presión para concretarlo todo. Tenía ganas ya de terminar mis vacaciones y de empezar este nuevo reto”, ahora el reto será completar la adaptación, pues confesó que la comunicación puede mejorar.
“En el vestuario me han recibido muy bien: jugadores, cuerpo técnico y médicos y, de momento, estoy disfrutando y ojalá pueda coger confianza pronto para hablar, ser yo mismo y disfrutar”, indicó.
Barcelona disputará su primer partido de la liga el 16 de agosto frente al Athletic de Bilbao en calidad de visitante y será hasta la jornada 15 cuando vuelva al Wanda Metropolitano para encarar al Atlético de Madrid en los primeros días de diciembre, duelo en el que espera una sonora rechifla. “Sé que habrá una pitada. Es parte del futbol: me han querido mucho y cuando alguien se va, puede doler”.
