Quedaban poco más de 4 minutos en el reloj del primer cuarto, los Packers habían anotado primero y ganaban 7-0, cuando el novato en turno en la posición de quarterback titular de los Browns, DeShone Kizer lanzó un pase para que Josh Gordon volviera a anotar un TD por primera vez en tres años, empatando el partido a 7.
Gordon no ocultó su emoción y procedió a festejar con un baile en la zona de anotación y posteriormente se puso unos lentes oscuros en la banca y comenzó a tratar de animar a los pobres aficionados de Cleveland, que siguen esperando a que su equipo gane una vez en esta temporada.
Los Browns le dieron batalla a los Packers, que aún no cuentan con Aaron Rodgers y y forzaron el juego a tiempo extra, pero terminaron volviendo a perder para poner su marca 0-13, aún a la cabeza en la carrera por el primer Pick del Draft de 2018.
Por otro lado, Green Bay se apuntó como caballo negro en la búsqueda de un lugar para la ronda de Comodín con un récord de 7-6 y su estrella Rodgers ya podría jugar el siguiente partido.