Una vez cumplido el último cuarto del Super Bowl, o cuando el partido ya esté completamente definido, el coach del equipo que resulte ganador no podrá escaparse del tradicional baño de Gatorade, que marca el inicio del festejo.

Vaciar todo el “tambo” de Gatorade al coach es ya toda una tradición y es tan así que en cada Super Bowl forma parte las apuestas más extrañas adivinar el color de la bebida. Pero a todo esto ¿cómo comenzó la tradición del Gatorade?

Getty Images

Todo empezó con los New York Giants y se volvió tradición en el Super Bowl

Gatorade comenzó a aparecer formalmente en el futbol americano con los Kansas City Chiefs, cuando el Super Bowl aún no se llamaba así y se convirtió en la bebida oficial de la NFL a partir de 1983, de modo que desde año, cada equipo cuenta con un enorme recipiente con bebida isotónica.

La tradición de bañar al coach comenzó en 1984, con los New York Giants, dirigidos por Bill Parcells, quien tenía toda la presión encima después de que en 1983 hiciera una temporada para el olvido.

Origen del baño de Gatorade en el Super Bowl

El inicio de la temporada en 1984 tampoco fue bueno, de modo que antes de encarar el séptimo juego de la campaña regular, su equipo tenía marca de 3-3. Una derrota, según los rumores, habría provocado su despido y Howard Schnellenberger estaba listo para tomar su lugar.

Los Giants ganaron el séptimo juego, pero perdieron el octavo, de modo que la presión volvió justo antes de encarar a Washington, que contaba con Rick Donnalley, considerado el jugador más fuerte de la NFL y quien enfrentaría a Jim Burt en el emparrillado.

El acondicionamiento físico de Burt

Parcells trabajó especialmente con Burt. El objetivo era que su defensivo cargara más peso del que promediaba para que llegara con mayor fuerza y potencia, pero a la vez dar un mensaje de motivación al resto del equipo.

Burt se sometió a una rutina con mancuernas de 20 libras (9 kilogramos) en cada mano y con ellas golpeó un colchón durante 45 minutos. El resto del equipo observó el esfuerzo de Burt y provocó un efecto positivo de cara al juego contra Washington.

La venganza de Burt

Previo al juego contra Washington, Burt se detuvo en la oficina de Parcells y le advirtió: “Espera el momento”. Los Giants ganaron el juego contra Washington de manera contundente, 37-13 y cuando se jugaban los últimos instantes del partido y con el triunfo en la bolsa Burt, con su nueva fortaleza en los brazos, levantó el enorme recipiente de Gatorade y bañó a Parcells.

El coach tomó la acción de manera positiva, de modo que esto se convirtió en una especie de festejo de los Giants, que no sólo ganaron aquel partido, sino que encontraron los resultados necesarios para meterse a los playoffs, en los que fueron eliminados en la ronda divisional por los 49ers.

El primer baño en un Super Bowl

En la temporada 1985, los Giants volvieron a quedar eliminados en la ronda divisional, pero en la temporada 1986-87 la franquicia neoyorquina llegó al Super Bowl, contra los Denver Broncos, a los que superaron 39-20.

En los últimos instantes del partido, cuando la victoria para los Giants ya estaba asegurada, Harry Carson, tomó por sorpresa a Parcells al colocarse detrás de él, con una chaqueta amarilla para fingir ser un elemento de seguridad del estadio y bañó al coach.

Desde entonces, el baño al coach se ha hecho de una tradición en el Super Bowl, a tal grado que existen apuestas respecto al color o sabor de la bebida con la que será bañado el coach ganador del Super Bowl.

La tradición llegó a la Casa Blanca

Harry Carson era el encargado de bañar a Parcells en cada uno de los triunfos de los Giants en la temporada regular. Toda su carrera la hizo con los Giants y tenía muy buena relación con con el coach.

Tras ganar el Super Bowl, los Giants fueron invitados a la Casa Blanca y Carson decidió llevar la tradición del baño con el presidente, Ronald Reagan, aunque consciente de que bañar al presidente de Estados Unidos con Gatorade no era una buena idea, sustituyó la bebida dentro del cubo por palomitas de maíz, de esa manera no echaría a perder el peinado del mandatario.

Getty Images

“¿Cuántas personas pueden decirle que le hicieron eso al presidente con agentes del Servicio Secreto cerca y con armas debajo de la chaqueta?”, festejó Carson.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Sergio Ramírez es periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha trabajado en Diario Estadio, La Razón de...

Comentarios