La Liga MX Femenil toma fuerza año con año, sin embargo, aún no alcanza a covertirse en un negocio como lo es el varonil. Aunque la historia del futbol femenil en México es amplia, actualmente se encuentra con un considerable retraso respecto a las ligas más desarrolladas, como la española, la francesa y la estadounidense.
La principal referencia histórica del futbol femenil en México es el Mundial no oficial de 1971, el cual registró entradas de 80 mil y hasta 110 mil personas en el Estadio Azteca, sin embargo tuvieron que pasar 46 años para que se instaurara en nuestro país la primera liga profesional.
Estructura de la Liga MX Femenil contra COVID
La Liga MX Femenil es una de las que ha resistido los goles de la pandemia del coronavirus, de modo que mantiene a los 18 equipos registrados antes del COVID, a deferencia de lo que ha sucedido en Colombia.
De acuerdo con El País, en 2019 habían 20 equipos profesionales en la liga colombiana. Siete no participaron en el torneo del 2020 y para 2021 se desconoce cuántos clubes participarán en el torneo.
El diario publicó en su web un panorama general del futbol femenil en América Latina, donde Brasil, México y Chile son los países en los cuales las ligas han resistido la crisis del coronavirus, en gran parte gracias a la “protección” económica de los equipos varoniles, que cuentan con los recursos para “subsidiar” a las categorías femeniles.
En cuanto a la Liga MX Femenil, el diario indica que las autoridades indican que la categoría “aun no logra afianzarse como un gran negocio”, aunque las televisoras se han involucrado y transmiten prácticamente todos los partidos jornada a jornada.
El problema del futbol femenil es el machismo
La Liga MX Femenil aún cuenta con una serie de aspectos a resolver a nivel interno, como el acoso entre las mismas jugadoras, de acuerdo con Proceso.
Pero en general el futbol femenil en México y en América Latina lucha contra el machismo, el cual se manifiesta en diversos sentidos y jerarquías, desde las condiciones en las que entrenan algunos equipos, salarios sumamente bajos y el poco reconocimiento de algunos clubes que no sólo juegan en ciudades distintas respecto al equipo varonil, sino que no usan el mismo logo.
El ejemplo a seguir llega desde Chile. El futbol femenil andino cuenta con un sindicato y gracias a éste se lanzó el 8 marzo un protocolo para combatir el acoso y abuso sexual en el futbol, avalado por el presidente de la federación, Pablo Milad, y la ministra de deportes en Chile, Cecilia Pérez.
“Vemos con preocupación que hay muchas organizaciones deportivas que no creen que esto es realmente obligatorio para provocar un cambio cultural que implica establecer el deporte como un lugar seguro para la práctica del mismo. No es voluntario acogerse a este protocolo y establecerlo dentro de los estatutos, es obligatorio”, indicó Cecilia Pérez.
Iona Rothfeld una de las emblemas del futbol femenil andino, indicó a El País que se puede ir más allá en el tema del negocio, pero el problema es el machismo entre los dirigentes del futbol, quienes incluso se podrían beneficiar.
“Su machismo está tan arraigado que incluso algo que les gusta tanto, como la plata y el negocio, no lo pueden ver”, dijo Iona Rothfeld.
Para ser la voz de grupos subrepresentados y dar espacio a voces silenciadas. Quiero aportar en esta Nueva Constitución con una mirada nutrida de estudios políticos, experiencia deportiva y sindical. Creo en la representación, en la participación y en ser parte del cambio. #D12 pic.twitter.com/G5KFbzATFW
— Iona Rothfeld (@ionaRothfeld) March 11, 2021
De acuerdo con la entrevista que le realizamos a Mariana Gutiérrez, directora de la Liga MX Femenil, a pesar de la pandemia y el consecuente cierre de estadios, 33.5 millones de personas en México son aficionadas al futbol femenil.
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Antes del confinamiento provocado por el coronavirus, México y España tenían una disputa por el récord de asistencia. En México el mayor registro para un partido oficial de futbol femenil es de 51 mil personas, en mayo de 2018, para la Final ente Rayadas y Tigres. Un año después, un partido entre Atlético de Madrid y Barcelona le quitó el trono al futbol mexicano con asistencia de 60 mil personas.
Argentina y Perú, varios pasos atrás
En Perú el futbol femenil se mantiene en condiciones amateur, de modo que los equipos juegan en canchas donde hay zonas de tierra en lugar de pasto. Su liga no es reconocida como profesional, sin embargo, compite en la Copa Libertadores, un torneo avalado por la Conmebol.
En Argentina se dio el paso en cuanto a inclusión tras permitir la participación de la primera jugadora trans, pero las condiciones quedan por debajo si se toma en cuenta que en el país se respira futbol.
El profesionalismo llegó en 2019, pero no para todas. Por reglamento, cada equipo puede permitirse un mínimo de ocho jugadoras con salario, de modo que hay futbolistas que juegan sólo por gusto.
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