La alegría de la gente que vio ganar a los Chicago Cubs todavía no termina y no tienen ninguna excusa.
Después de 108 sin poder hacerlo, los Cubs han ganado una Serie Mundial y todo el mundo -aficionado o no- debería estar feliz porque demostraron que cualquier adversidad, por más grande que sea, por todo el tiempo que tome, puede ser derribada y las metas que uno mismo cumple pueden realizarse con éxito total,
En el mundo de los deportes todos los fanáticos se ponen muy contentos por ver a su conjunto campeón. En el caso particular del equipo que ha ganado el día de ayer son generaciones enteras que esperaron este resultado.
Wayne Williams es otro de ellos, quien subió a su coche y condujo el día de ayer más de 600 kilómetros desde Carolina del Norte para cumplirle una promesa a su difunto padre. El pacto ya estaba hecho: cuando los Cubs llegaran a la Serie Mundial ambos lo estarían viendo o escuchando. Sobre todo porque los había visto jugar en 1945 y trasmitió su gusto por el equipo a su propio hijo.
Inmediatamente después de ganar el sexto juego el día martes, este señor agarró sus cosas y preparó el viaje hasta Indiana, lugar donde estaba la lapida que marcaba el descanso eterno de su papá. Ayer, sin más, se sentó a su lado y tranquilamente se dejó llevar por lo que marcaba su celular, desde donde estaba escuchando todo.
Así, al filo de la décima entrada escuchaba como terminaba el partido para saber que los de Chicago se estaban coronando en la Serie Mundial.
Al final de todo el señorcito se siente más que feliz por esta situación… ¡Aw, qué bonito!
Seguramente más de uno se echó a llorar al saber esto, ¿apoco no?
¿Ya ven cómo los deportes trascienden tiempo-espacio y no son más que simples ‘jueguitos’? 😢
***Fotos Vía
