Creo que podemos decir que el brasileño Breno Borges, antiguo jugador del Bayern Munich es de esos que no les gusta pasar una buena tarde en casa, pues fue condenado a tres años y nueve meses cárcel por prenderle fuego intencionadamente a su casa en Alemania.
El futbolista, el cual le interesaba a la Lazio en el caso de no ser condenado a prisión, rompió su silencio poco antes del fin del proceso para pedir clemencia a los jueces. “Quiero disculparme por lo sucedido esa noche” dijo ante el Bayern Múnich como el propietario de la villa, que resultó totalmente destruida, dijo el jugador.
Breno extendió su petición de perdón a su familia y sus propios hijos “para los que no he sido un buen ejemplo. Soy una persona que cree en Dios y le agradezco que haya protegido a mi familia”. El tribunal consideró a la hora de dictar sentencia que el jugador prendió fuego al edificio, que entre tanto ha sido derribado por los elevados daños, debido a la frustración que le producía una lesión de rodilla.
Aunque el jugador estaba, como diríamos nosotros, “con unas copitas”, los jueces estimaron que el jugador actuó con premeditación al incendiar la villa que su familia había dejado poco antes y que en al momento del incendio se encontraba vacía.
“No tiene mas que a su familia y el fútbol”, dijo su abogado Werner Leiner, quien pidió a los jueces “una oportunidad para Breno”, mientras la fiscalía había solicitado una pena aun mayor de cinco años y medio de cárcel.
Breno empezó su carrera profesional en 2007 en las filas de Sao Paulo, desde donde fue transferido en 2008 al Bayern de Múnich, con el que firmó un contrato de cuatro años, que acaba de expirar y no ha sido renovado.