Es normal que como entrenador de cualquier deporte tu mayor enemigo sea el árbitro. Ese ser maligno que con una decisión equivocada te puede echar a perder todo el trabajo del equipo y tuyo.

Pues Jerry Devine, el mandamás del equipo de Neshaminy de basquetbol, llevó sus reclamos a otro nivel. En el partido que estaban jugando ante Pennsbury el colegiado marcó algo que para Devine era incorrecto.

Como todo un caballero, se acercó a discutir sobre esta marcación, pero de pronto, su cuerpo iracundo no pudo más con el enojo y ¡PUM!

Creemos que el entrenador no se dio a entender del todo…

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