Por: Salvador Medina

Un día despertamos y de repente nos encontramos con malas noticias, o con sucesos que atentan contra el progreso. En el caso del futbol mexicano eso ha sido una constante, particularmente durante la pandemia desatada por el COVID-19, ¿en qué momento se normalizaron las injusticias?, en tiempos de crisis lo natural sería que algunos valores como la empatía y el sentido común destacaran.

En un mundo ideal o este caso, en un país ideal, sería la gran oportunidad de demostrar que somos capaces de unirnos y patear todos para el mismo lado, donde los goles sean la unidad, los comentaristas nos narren historias inspiradoras constantemente y los cánticos de la afición sean gritos de libertad y alegría. Lamentablemente eso hoy en día, es utópico.

Monarcas Morelia, club de futbol fundado un 4 junio de 1950 ha dejado de existir, y no, no cayó un meteorito exactamente en las coordenadas del club, y no, tampoco fueron abducidos por extraterrestres, fue destruido por unas cuantas firmas sobre un escritorio y por intereses económicos brutales, evidentemente malos manejos y decisiones absurdas han dejado sin futbol de Primera División a una ciudad y un estado que latía por ese particular equipo, serio y competitivo en la cancha que movía corazones y pasiones cada fin de semana.

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70 años de tradición que desaparecen en el escritorio, que sentencian una mudanza del equipo a Mazatlán y que evidencian que el dinero puede más, mucho más, que un Estadio Morelos latiendo con la sincronización de casi 40 mil almas sintiendo lo mismo. A veces en México no se gana nada en la cancha (como en cualquier otra parte del mundo) se gana en los escritorios, en hojas de papel con cantidades abrumadoras de dinero pero vacías en intención y con plumas que si tuvieran vida se negarían a firmar tal atropello. Los superhéroes vestidos de amarillo y rojo para los niños y los ídolos de los grandes, ahora solo vivirán en recuerdos.

¿Cómo le explicas a ese niño aficionado al futbol mexicano y a Monarcas que ya no vivirá esa explosión de felicidad que es ver a su equipo dejar el alma en la cancha?, esa misma emoción y sorpresa como ir en carretera y voltear a un costado y ver esa magia del cielo confundiéndose con el mar. Sin duda este partido no solo lo ha perdido Monarcas, lo perdió el futbol en general.

¿Dónde queda la identidad de los equipos?, ¿Dónde queda ese amor a la camiseta y a los colores? En el futbol mexicano se han presenciado incontables casos de mudanzas o compra venta de franquicias. En el 2003 Necaxa se mudó de la Ciudad de México a Aguascalientes. En 2007 el Atlante se desplazó de la capital del país a Cancún. En 2013 los Jaguares de Chiapas pasan a ser Querétaro, San Luis pasa a ser Chiapas FC, La Piedad se convierte en Veracruz y en el 2019 Lobos BUAP pasa a ser Bravos de Juárez, solo por mencionar algunos.

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Por si fuera poco, el Comité Ejecutivo y la Asamblea de la Federación Mexicana de Futbol han tomado la decisión de desaparecer el descenso y ascenso por al menos 5 años, debilitando de esta forma la naturaleza competitiva de la Liga MX y fomentando contundentemente una vez más la mediocridad. Tenemos un futbol nacional donde deportivamente no te puedes ganar un lugar en primera división pero si haces una abrumadora inversión te ganas un lugar en dicha competencia.

Desafortunadamente hoy en día tener un futbol mexicano sano, justo y competitivo es algo utópico, donde los reglamentos son tergiversables a conveniencia y que provocan que, lamentablemente la pelota sí se manche, contradiciendo lo que un día Maradona dijo con lágrimas en los ojos el día de su despedida en “La Bombonera” de Boca Juniors: “Por más que se quiera negar la cruda realidad la pelota si se mancha, y la manchan la codicia, la avaricia, el abuso de poder y el egoísmo, mismos elementos que manchan la sociedad en la que actualmente vivimos”.

Hace mucho que el futbol dejo de ser un deporte que fomentaba fundamentalmente valores formativos en seres humanos, de conciencia y de compromiso social, con esa belleza que solo el deporte puede hacer, ahora particularmente, solo engrosa carteras, egos y cuentas bancarias.

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Todo esto ha sucedido en tan solo cuestión de meses, que es lo que ha durado la pandemia, pero remontándonos un poco más al pasado, las irregularidades y las injusticias en el futbol mexicano han existido y a manos llenas.

Podemos citar diversas practicas negativas de nuestro bendito futbol, como el draft que lamentablemente denigra al futbolista, que antes de ser futbolista es humano, la multipropiedad, adeudos o los famosos dobles contratos. Con todo esto, ¿algún día llegaremos al tan ansiado quinto partido?, ¿algún día tendremos más de 5 jugadores en equipos top siendo protagonistas?.

Y para rematar, la Liga MX Femenil tampoco es algo de lo cual nos sintamos orgullosos. Las futbolistas perciben sueldos ridículos, y además tienen que lidiar con reglamentos que atentan incluso contra sus derechos humanos y  hasta con su naturaleza biológica. Todo esto a cambio de seguir luchando por sus sueños, qué precio tan caro es lo que deben de pagar. Claramente las jugadoras nos han demostrado que la pasión de hacer lo que te gusta va más allá de los reflectores y la atención publica masiva.

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Reclamar igualdad de género en nuestro país dentro de la esfera futbolística (y también en demás temas) son reclamos que ni siquiera deberían existir si se tuviera un poco de empatía y sentido común, lamentables barreras y brechas de género que provocan injusticias y desigualdades ¿seguimos hablando de romper paradigmas en pleno siglo XXI?.

Defender la camiseta, sudar los colores y luchar por cada balón como si fuera el ultimo no es cosa de géneros, es algo que esta en nuestros días, en la vida real, allá afuera, donde todos tenemos necesidades primordiales para sobrevivir. Lamentablemente todavía no se ha entendido que la pelota es libre de rodar para todos lados, así como en el futbol y en la vida cotidiana.

Ese mundo o micro mundo de lo que actualmente sucede en el futbol mexicano es desgraciadamente un reflejo de lo que en sociedad vivimos. Pero no todo son malas noticias, aun estamos a tiempo de recomponer las cosas antes de que se nos haga tarde y los pequeños esfuerzos individuales de cada individuo dentro de una sociedad pueden provocar cambios enormes, los sueños y los milagros existen

¿Por qué no pensar que son posibles?, en nuestras manos esta la gran oportunidad de que nada vuelva a ser como antes y que encontremos nuevos caminos para hacer bien las cosas y construir lo que está destruido, y que estos sucesos negativos nos sirvan de aprendizaje y nos impulsen a generar un verdadero cambio.

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