La sorpresa mundial con la elección de presidente en Estados Unidos es impresionante. Donald Trump tomará el poder del país el 20 de enero y de ahí ya hay mil cosas que están pasando por la cabeza de muchos.
En lo deportivo, hay un tema que podría ponerse medio arenoso, pues al ahora mero mero del país del norte tiene una historia algo turbulenta con la NFL. Claro, a Donald no se le conoce por sus ‘grandes conocimientos’ de futbol americano, sino acá un pequeño recordatorio.
Teams are making a big mistake not taking Johnny Manziel – he is going to be really good (and exciting to watch).
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 9 de mayo de 2014
A principios de año el republicano se metió con la liga por volverse ‘suave’, que ya no eran atractivos los partidos y que faltaba más jugadores que fueran rudos. Además, también hay un pasado bastante feo entre este señor y la liga de futbol americano.
A principio de los años ochenta Trump decidió que la NFL era un monopolio y quería hacerle competencia. Se unió como socio mayoritario a la USFL (United States Football League) y una de sus primeros mandatos fue tener el calendario en la misma época del año que su competencia, un movimiento que no sería muy listo de su parte.
Lana le metieron y parecía que podía destacar. El ahora presidente tenía lo que necesitaba en ese momento la liga: dinero. Tuvieron a jugadores como Steve Young, Reggie White, Jim Kelly y Hershel Walker. Su primer temporada no fue nada mala y hasta llegó a preocupar a su competencia, pero de ahí todo se vino abajo.
Franquicias nacían pero ni siquiera veían el campo y desaparecían. Dueños comenzaba a mudarse, como Alex Spanos que se fue como socio minoritario a los San Diego Chargers. Mudanza tras mudanza como la de los Breakers, que estuvieron en New Orleans, Boston y Portland.
Eso sí, la USFL dejó buenas cosas como la conversión de dos puntos, el tope salarial y la repetición instantánea. Sin embargo, la demanda que metió Donald Trump contra la NFL por monopolio fue la gota que derramó el vaso.
Acusó a la liga de violar la Ley Sherman, que está para evitar que una empresa se apodere de todo un mercado. Trump y compañía decían que la NFL se adueñó de los derechos de televisión por sus contratos multianuales y hasta de los estadios.
Para quedar bien, la USFL buscó la ‘módica’ cantidad de $567 millones de dólares como indemnización. El juicio llegó a su final y sí, Trump ganó, pero no como él quería. La ganancia de dinero quedó en un dólar, pero que la ley de monopolio triplicó a tres.
Claro, eso generó rencor en Donald Trump y ahora que será presidente no sabemos si ya se olvidó de este asunto o buscará venganza. Cuando se lleve a cabo el Super Bowl LI, el 5 de febrero, tendrá menos de un mes en el poder y ahí sabremos si recibirá a los campeones en la Casa Blanca.
Está en veremos y la verdad, cómo se pusieron las cosas, la NFL podría ser una de las últimas preocupaciones cuando el mundo está en llamas por esta elección en Estados Unidos.