¡De otro planeta! Simone Biles regresó a las competencias de gimnasia artística más fuerte que nunca, pues demostró que las normas de este deporte no están marcadas solo para las mujeres o solo para los hombres.
La multimedallista olímpica participó en el U.S. Classic luego de 19 meses de ausencia, pero no lo hizo de cualquier forma. Desde los entrenamientos se le vio practicar un doble Yurchenko, un salto nunca antes logrado por una mujer y que consiste en una pirueta de espalda, seguida de un doble giro con las piernas estiradas.
Si bien es cierto que solo los hombres lo utilizaron antes, Simone Biles es un ícono de cambio en la gimnasia y el deporte en general. Por ello, tenía que ser quien rompiera estos esquemas o reglas impuestas hace años.
Una vez en competencia, la estadounidense de 24 años de edad dejó boquiabiertos a los asistentes al evento. En el salto de caballo o de potro, Biles tuvo una cita con la historia y seguramente veremos nuevos intentos por replicar el doble Yurchenko.
Así como lo ha hecho en otras competencias, otros aparatos y otras rutinas, Simone Biles será la deportista que inspire a las nuevas generaciones. Por ahora es la primera mujer en completar este salto, pero podríamos ver a otras gimnastas intentándolo próximamente.
¿Qué representa el salto de Simone Biles para la mujer en general?
De cara a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, de buscar más medallas de oro e incrementar su cuenta al ser la gimnasta más laureada de todos los tiempos, los mensajes de la oriunda de Columbus, Ohio, supera por mucho el tema deportivo.
Los estereotipos impuestos a las mujeres van desde las disciplinas que pueden practicar, hasta cómo pueden hacerlo. Hace pocas semanas vimos al equipo alemán de gimnasia imponer una nueva moda: a través de leotardos de cuerpo completo, quieren estar más cómodas ante temas como la menstruación y la sexualización.
Lo hecho por Simone Biles no está alejado de estas situaciones. Aunque en puntos diferentes, la estadounidense dejó claro que los saltos no están predeterminados para un género y el hecho de que sean complicados no los hace imposibles.