Es frustrante como fan del deporte ver a un atleta que tenga todo para ser una estrella, pero se la pase lesionado. A Derrick Rose le sucede esto y la verdad es muy triste.
Los New York Knicks anunciaron que el base estará fuera lo que resta de la temporada por (oh sorpresa) una lesión de la rodilla. Específicamente lo que se lastimó ahora Rose fueron los meniscos, que es una lesión más leve que un ligamento anterior cruzado.
Sin embargo, la carrera de Derrick se ha visto interrumpida en una infinidad de ocasiones. Cuando llegó a la NBA con los Chicago Bulls todo pintaba bien. En 2009 fue nombrado el Novato del Año. Dos años buenos le siguieron y en 2011 dominó la liga por completo. Se ganó el premio al MVP y todos lo colocaban como el heredero de Michael Jordan en la franquicia. Con 22 años y 77 días de edad fue el más joven en ganar este trofeo y sólo el cielo se veía como el límite para su talento.
Llegó la temporada 2011-12 y de ahí comenzó su mala suerte. Firmó un contrato millonario, pero sólo jugó 39 partidos de la campaña debido a una cantidad enorme de lesiones. Se lastimó de la espalda, del pie, del tobillo y hasta de la ingle. Aún así, los Bulls lograron pasar a playoffs y se enfrentaron a los 76ers. En un partido ya definido ocurrió lo peor, el ligamento anterior cruzado de Derrick Rose se rompió.
El 12 mayo del 2012 lo operan buscando que juegue la siguiente temporada. El doctor del equipo, Brian Cole, afirmó que así sería, que sólo necesitaban una buena recuperación, pero empezó una novela.
Primero que estaba listo, luego que ya no sabía y al final se perdió todo el siguiente año. Cuando Chicago venció al Heat en el primer juego de playoffs, la gente se ilusionó. Empero, Miami barrió los siguientes cuatro y la molestia con Rose se hizo presente por no regresar a apoyar a su equipo.
En octubre del 2013 regresó a la duela, pero no de la mejor manera. Se le veía temeroso a romperse de otra vez y su equipo lo resintió. Y de nuevo apareció su malaria. Un mes más tarde se volvería a lastimar la rodilla, desgarrándose el menisco y con la cirugía, quedarse otra vez fuera de la NBA.
Ya en 2014, con una buena recuperación se veía esperanza pero sólo hubo desilusión. Regresó a las canchas, todo pintaba bien, jugando 46 partidos y de pronto ¡pum! otra vez se lastimó el menisco. Y en 2015 la historia no fue tan dramática, pero sufrió una fractura en la cara al inicio de los campos de entrenamiento.
Ahora, en su primer año con la franquicia de la Gran Manzana, no le estaba yendo muy bien, pero al menos estaba sano. Claro, esa salud quedó en el pasado el día de hoy.
La foto de Derrick Rose viene en el diccionario de frases, justo en la que usas “pero me lastimé la rodilla”. Es triste, seguro es muy frustrante para él, pero es así. Hay jugadores que están destinados a una grandeza truncada por las lesiones, esos que se quedan en el hubiera.