Alfredo Castillo, titular de la Comisión Nacional de la Cultura Física y Deporte, se disculpó por llevar a su novia a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, asegurando que fue un acto de imprudencia y frivolidad.
Aclaró que la acreditación de su pareja, ingresa en una categoría llamada acreditaciones de familia hospitalaria, por lo que no afectó a ningún atleta ni le quitó su lugar a nadie y que no desfiló en la inauguración como se había especulado.
“Es una imprudencia que lamento mucho. Públicamente ofrezco una disculpa, pero no hay uso de recursos públicos. Hubo una desatención, una frivolidad”.
Además, durante la entrevista que realizó con Carlos Loret de Mola, dijo que su renuncia está sobre la mesa y que espera la oportunidad para rendir cuentas al Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, y al presidente, Enrique Peña Nieto, y que ellos serán los encargados de tomar la decisión sobre su futuro.
“Voy a dar un informe detallado, a explicar los resultados de los Juegos Olímpicos, como se obtuvieron las medallas y la dinámica que se tuvo”.
Agregó que es imposible que cada atleta pueda contar con un entrenador, médico o fisioterapeuta y fue por eso que no se le pudo entregar una acreditación a todos, pero que eso es una dinámica a nivel mundial y no solamente algo que se haga en México.
A pesar de que la delegación nacional finalizó con cinco medallas, cuatro de ellas conseguidas en los últimos días, el futuro de Castillo se ve muy oscuro y sus posibilidades de mantenerse en el puesto son muy pocas.