Danny Rose, jugador de la Selección de Inglaterra, toma los antecedentes racistas en Rusia muy en serio, por lo que pidió a su familia que no lo acompañen al Mundial.
Durante el mes de marzo, Francia disputó un amistoso contra Rusia y la afición rusa entonó cánticos racistas contra los jugadores galos. FIFA impuso una multa de 25 mil euros, que a consideración de Rose dan risa.
De origen jamaicano, este jugador de 27 años y que se desempeña como lateral izquierdo, teme que su familia sea víctima del racismo durante su estancia en Rusia y así concentrarse por completo en su Selección.
“Le he dicho a mi familia que no quiero que me acompañen, a causa del racismo y de otras cosas que pueden suceder. No me quiero preocupar por la seguridad de mi familia mientras yo estoy preparándome para los partidos. Si alguna cosa me llega a pasar, esto no me afectaría tanto como si mi familia estuviera implicada” comentó en una entrevista a London Evening Standard.
El jugador del Tottenham fue cuestionado sobre la forma en que sus familiares tomaron su petición y aseguró que no fue fácil convencer a su padre, quien le explico que esta sea tal vez la única posibilidad que tenga de verlo en una Copa del Mundo, pero el jugador se mantuvo firme en su petición.
“Mi padre estaba verdaderamente contrariado. Yo pude notarlo en su voz. Dijo que no tendría una segunda oportunidad para venir a verme en un Mundial. Me conmovió escucharle decir eso. Fue triste. Pero es así. Rusia obtuvo el derecho a organizar el Mundial y nosotros debemos adaptarnos”, comentó.