Después de la tormenta no llegará, o mejor dicho, debería de llegar la calma. No han pasado 24 horas de la eliminación de México en futbol en los Juegos Olímpicos Río 2016 y este día se cumplen exactamente cuatro años de lo conseguido en Londres 2012.
Uno de los mayores logros en el balompié nacional cumple su cuarto aniversario en medio de tiempos turbulentos y difíciles para el deporte nacional.
En la pasada justa olímpica se llegaban con pocas expectativas y el empate a cero goles ante Corea del Sur al inicio del torneo refrendaba ese sentimiento. Sin embargo, el equipo dirigido por Luis Fernando Tena sorprendió a propios y extraños llegando a lo más alto del podio.
Una generación de futbolistas que parecía ‘ser la buena’ de nuevo se perdió. Un ‘Chatón’ Enríquez que recuperaba todos los balones, Marco Fabián con un talento palpable que lo proyectaba a lo mejor del futbol europeo, Hiram Mier que pintaba para ser el siguiente Rafa Márquez y más.
Todos esos jóvenes llegaban con tres veteranos de buen temperamento: Jesús Corona, Carlos Salcido y Oribe Peralta. Estos tres señores fueron fundamentales para el oro olímpico y llevar a la juventud cuando la corriente estaba en contra.
Ante un rival histórico se hizo lo que al inicio parecía titánico: eliminar a los brasileños en el deporte que mejor dominan. Dos goles de Oribe, quien de ahí se convertiría en ‘El Hermoso’ le daría un oro lleno de buenos momentos a la nación.
Ya pasaron cuatro años y no se pudo siquiera defender el título de manera digna. México se convirtió en el primer campeón vigente en quedar fuera en la Fase de Grupos. Entre directivos, malos manejos y hasta supuestas conspiraciones el sueño de repetir se quedó ahí.