¡Quien viera al Cruz Azul! La Máquina consumó su tercera victoria consecutiva frente a Tigres, al cual superó 2-1 en el Estadio Azteca, donde los felinos merecieron más, pues dominaron prácticamente los 90 minutos y es aquí donde se tiene que destacar al abucheado José de Jesús Corona, quien mantuvo a la ofensiva norteña a raya. El arquero poco a poco calla los chiflidos y vuelve a ocupar el puesto de figura.
La afición de Tigres había amenazado con hacer una invasión al Estadio Azteca, sin embargo, sólo unos cuantos seguidores que hicieron el viaje desde la Sultana fueron acomodados en la parte alta del inmueble.
No llegamos a los primeros 10 minutos cuando Cruz Azul se puso adelante en el marcador en una jugada a balón parado y que se armó con un balón al área por parte de Adrián Aldrete a segundo poste. Juan Escobar mandó el balón al corazón del área con un cabezazo y Luis Romo firmó con el demoledor segundo cabezazo en el área.
Después el partido se tornó complicado para los cementeros, pero fue cuando destacó la figura del portero José de Jesús Corona, quien se convirtió en el héroe de La Máquina con atajadas a Enner Valencia, Luis Quiñones y André-Pierre Gignac.
Los felinos debieron irse con al menos el empate al descanso, pero Corona anduvo intratable, como en la semana pasada contra Chivas.
La misma tónica se mantuvo en el segundo tiempo, de modo que ya se esperaba el empate de los felinos, el cual llegó pasados los 60 minutos tras un desborde de Luis Quiñones, el cual fue cortado por Corona, pero el balón le quedó a Javier Aquino, quien mandó el balón a las redes.
El exjugador de Cruz Azul había sido abucheado en el Azteca, por lo que dedicó el gol a la afición celeste besando el escudo de Tigres y burlándose de los abucheos celestes.
Con el gol de Tigres, el partido vino abajo, lo cual estuvo mal para el espectáculo. Sin embargo la suerte le volvió a sonreír a los celestes en un tiro libre, como contra Chivas y fue Aldrete quien se volvió a animar. El zurdo no le pegó como la semana pasada, de hecho el balón quedó a la altura de la barrera, pero en ésta se hizo un pequeño hueco por el cual ingresó la bola, la cual además se le escurrió a Nahuel Guzmán tras un desvío de Francisco Meza.