Las Chivas terminaron pidiendo la hora contra Monterrey, que mereció ganar sin embargo, el mal arbitraje de Diego Montaño le salvó las papas con un gol anulado de manera polémica a Rayados y un tiro de esquina claro en los últimos minutos que se convirtió en saque de meta. El resultado fue un empate 1-1 y una serie de reclamos airados por parte de los jugadores de Rayados hacia el silbante.
Tal vez fue porque no había público en las tribunas, tal vez fue el mal momento de Monterrey, pero nos chutamos un primer tiempo sumamente aburrido, sólo comparable con los chistes y programas de Israel Jaitovich, sin embargo, Chivas encontró el primer gol del partido a los 19 minutos.
En un tiro de esquina, Jesús Molina sacó un auténtico bombazo con la cabeza, de modo que puso a trabajar al portero Marcelo Barovero, quien como pudo mandó el balón al poste, sin embargo, en el rebote volvió a aparecer Molina, quien sólo tuvo que empujar el esférico.
El juego mejoró en el segundo tiempo y en gran parte fue porque Monterrey se puso las pilas, lanzó a sus hombre a la ofensiva, de modo que echó a Chivas para atrás, esto generó un par de opciones de peligro para los rojiblancos en descolgadas, pero Rayados tocó la puerta del Rebaño en más ocasiones.
Fue tanto el acoso que el gol del empate llegó a los 70 minutos en una jugada individual de Jesús Gallardo, quien entró al área por la izquierda y destrozo caderas hasta que reventó las redes de Antonio Rodríguez.
Cuatros minutos después, César Montes la había dado la vuelta al marcador, pero el gol fue anulado porque Miguel Layún ejecutó la falta previa antes de que el silbante pitara. Aquí la cosa es que el árbitro Diego Montaño no hizo el señalamiento de que el balón debía moverse hasta que pitara, por lo que habrá polémica y en una de esas una suspensión, ya que su error fue directo al marcador.