Por Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11

Como nunca antes en la historia de una Final las horas previas al partido se viven con un debate que a todas luces resulta estéril.

El Guadalajara es colocado por una buena cantidad de aficionados, medios de comunicación e incluso algunos que se dicen expertos, como una pobre e indefensa víctima que será devorada por un tigre en la final.

El argumento principal es que “Chivas juega solo con mexicanos”, mientras que los Tigres prácticamente son una selección resto del mundo con futbolistas que conforman varios equipos nacionales: Nahuel Guzmán y Guido Pizarro (Argentina), André-Pierre Gignac (Francia), Luis Advíncula (Perú), Eduardo Vargas (Chile), y los aztecas Javier Aquino, Hugo Ayala, Jürgen Damm y Jesús Dueñas.

La lectura del debate es tan sencilla como burda: uno tiene dinero, poder y extranjeros… El otro solo tiene mexicanos, y eso lo condena.

En su 11 titular base de esta Liguilla, (contando a Alberto Acosta, pese a que será baja en la Final de Ida por una lesión), Ricardo Ferretti utiliza a cinco futbolistas nacidos en México: Hugo Ayala, Chaka Rodríguez, Acosta, Dueñas y Aquino. Es decir, tampoco son solo foráneos.

Tigres como institución lleva varios años dando una cátedra sobre el significado de invertir, que de acuerdo con la Real Academia de la Lengua Española es “emplear una cantidad de dinero en un proyecto o negocio para conseguir ganancias”.

Comprar a Gignac fue una inversión exitosa por donde se le busque; llevarse a Sosa de los Pumas a punta de billetazos, también; tener a Guido Pizarro en sus filas es otra maravillosa inversión; haber repatriado a Aquino de España, lo mismo… Y así con prácticamente cada uno de los futbolistas. Tigres invirtió, no gastó.

Foto: Mexsport

Sí, el actual campeón tiene el respaldo de una empresa (Cemex) sumamente solvente que de unos años a la fecha decidió meter dinero en el equipo de futbol para que éste sea protagonista, rompa el mercado y gane títulos.

Y lo ha conseguido, a tal grado de que ya se puede hablar de un conjunto que ha dominado en el futbol mexicano en un ciclo reciente y está dejando una huella que incluso puede convertirse en dinastía.

El plantel del ‘todopoderoso’ Tigres tiene un valor de 52 millones de euros (tras la llegada esta campaña del chileno Eduardo Vargas), de acuerdo con cifras del portal Transfermarkt, especialista en la cotización de futbolistas.

Evidentemente Gignac es no solo el más caro de los felinos, si no de todo el futbol mexicano, pues su carta está tasada en 7 millones.

Sin embargo, todos los argumentos, las cifras y la gran inversión de los Tigres no hacen menos a Chivas. Orbelín Pineda, Alan Pulido, Gallito Vázquez, Osvaldo Alanís y Rodolfo Pizarro, entre otros, también están muy bien cotizados y no valen tres pesos solo porque “son mexicanos”.

No se trata de victimizarse y predecir una catástrofe en la Final (entiéndase goleada al Guadalajara) al señalar que Chivas “solo juega con mexicanos”; todo lo contrario, el club histórico, referente del balompié azteca y el más popular de este país claro que le puede pelear a los Tigres, precisamente porque “juega con mexicanos”.

El análisis de quién es víctima y quién favorito en esta final no se limita a la nacionalidad de los futbolistas o al grosor de la cartera de uno y otro club; todo pasa principalmente por el talento.

Y ya que estamos en temas de inversión, invirtamos estas horas previas a la Final en debates sustanciales y no en banalidades. También se vale disfrutar el talento de ambos bandos, y ése no pide pasaportes.

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