Hablar del estilo de juego en el futbol de Italia es hablar, indudablemente, del Catenaccio, el sistema de juego más popular en la historia del balompié y el Inter de Milán ha sido el equipo que mejor ha desarrollado este sistema ultra defensivo y muchas veces criticado, y hasta asociado con el antifutbol, pero con el cual el Inter de Milán ha ganado tres veces la Champions League.
El equipo neroazzurri se coronó por primera vez en la entonces llamada Copa de Europa, en 1964, bajo el mando de Helenio Herrera, un entrenador nacido en Argentina, pero que murió siendo italiano. La segunda llegó en 1965, con el mismo Herrera, mientras que la tercera fue obra de José Mourinho, quien aplicó el Catenaccio para vencer al Barcelona de Pep Guardiola en semifinales y después al Bayern Munich, en la final, en 2010.
El origen del Catenaccio no fue Italia
Sin embargo, el origen del Catenaccio no está en Italia, sino en Suiza, y su autor fue el austriaco Karl Rappan, quien en 1930 dirigió al modesto Servette, conformado por jugadores semiprofesionales y con quienes obtuvo dos títulos de liga con un sistema de juego defensivo. Sus sorprendentes resultados lo llevaron a dirigir a la Selección de Suiza a partir de 1937. Su sistema como tal no era llamado Catenaccio, sino Verrow.
Karl Rappan decía: “O se tiene a 11 individuos que por clase y habilidad natural pueden tener a sus rivales, o se tiene a 11 futbolistas promedio que deben ser integrados en un plan”.
En Rusia se creó otra corriente defensiva, conocida como ‘El broche del Volga’, empleado por el equipo que ahora es conocido como Krylia Sovetov Samara y que juega en el distrito de Volga. Era un equipo frágil que tenía que renunciar al ataque en muchos de sus partidos y emplear más jugadores con tareas defensivas.
¿Cómo llegó el Catenaccio a Italia?
En Italia el primer equipo que adoptó un estilo defensivo fue el Salernitana de Gipo Viani, a quien se le adjudica la invasión del Catenaccio. Cuenta la leyenda que deseaba por un muelle mientras pensaba en la forma de detener a sus oponentes cuando vio la forma en que pescaban en el muelle.
Los pescadores tiraban dos redes al agua, de modo que los peces que lograban escapar de la primera red, caían en la segunda. Esto le dio la idea de colocar una doble línea defensiva para contrarrestar a sus oponentes y el gracias a ello, su equipo ascendió años después a la Primera División de Italia.
El Catenaccio comenzó a ganar popularidad y fue calificado como “El derecho de los débiles”, pues el sistema de juego fue empleado por equipos “chicos” que no tenían oportunidad de lograr triunfos jugando al tú por tú. Si bien el origen del sistema ultra defensivo tuvo orígenes en Suiza y Rusia, en Italia fue donde se desarrolló como tal la idea de obligar al rival a atacar con más jugadores y de esta manera hacerlo vulnerable en el contragolpe.
Inter de Milán perfeccionó el Catenaccio
Con el paso del tiempo, el ‘Catenaccio’ no fue sólo un derechos para los débiles, sino también para los poderosos, y en 1953 el Inter de Milán, dirigido por Alfredo Foni, le sacó provecho para ganar su sexto campeonato, tras una temporada en la cual sólo marcó 40 goles en 34 partidos y recibió seis, de modo que muchos de esos partidos los ganó 1-0. La escuadra narazzurra, ganó el siguiente torneo también.
Fue Heleno Herrera, sin embargo, quien llevó al Inter y al Catenacció a la cúspide del futbol con un sistema de juego en el que en apariencia utilizaba a tres defensas, aunque en el desarrollo del juego retrasaba a un mediocampista apenas delante del defensa central, y bajaba a las laterales a los extremos o alas, como se conocía en ese entonces. De esta manera, su cuadro quedaba con seis jugadores cumpliendo tareas defensivas, además del portero.
Con este sistema de juego su Inter ganó varios partidos por un gol o dos, y esto se cristalizó en los campeonato de liga de 1963, 1965 y 1966, además de los títulos en la Copa de Europa en 1964 y 1965, fue finalista en 1967 y logró sacar de sus casillas al mismísimo Pelé.
Este sistema de juego, sin embargo, molestó a muchos, particularmente en Inglaterra, la cuna de las reglas del futbol, porque además de jugar con la desesperación del rival, el Inter de Milán tenía la fama de emplear otras artimañas, en concreto fármacos para conseguir un mayor desempeño de sus jugadores.
Se dice y se cuenta que Helenio Herrera disolvía fármacos en el café de los jugadores, y así nació la leyenda del ‘Il Caffe Herrera’ y Giuliano Taccola, futbolista del Inter, murió bajo el cuidado de Helenio… pero esa es otra historia.