Por Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11
El pasado 21 de octubre de 2016 Barcelona anunció la renovación de contrato de Neymar hasta el 30 de junio de 2021.
El nuevo convenio establecía una cláusula de rescisión de 200 millones de euros en el primer año, 222 en el segundo, y 250 en las siguientes temporadas.
“Estoy muy contento de renovar porque me siento en casa. Pensé con mi familia lo mejor para mí y eso era quedarme aquí”, declaró el brasileño hace menos de 10 meses.
En la cúpula del Barça no se pensó ni por asomo que algún club se atrevería siquiera a intentar pagar la cláusula establecida por ‘Ney’, quien apuntaba para heredar el trono que en unos años dejará vacante Lionel Messi.
Sin embargo, a principios del año en curso el París Saint-Germain hizo la primera insinuación para intentar llevarse a Neymar, aunque en aquel momento el propio atacante frenó de seco el interés del conjunto francés, declarando que era feliz en Barcelona y no tenía intención de cambiar de aires.
El PSG pertenece a un grupo de fondo de inversión de Catar que gestiona los ingresos de la industria del petróleo y el gas natural, y que tiene por nombre QSI (Qatar Investment Authoroty).
Si se trata de dinero y negociaciones ellos no tienen límites, ni siquiera si está en riesgo violar el llamado ‘Fair-Play Financiero’, el cual no es otra cosa que una herramienta que en 2009 el entonces presidente de la UEFA, Michel Platini, estableció para limitar los excesos de clubes millonarios como el París Saint-Germain.
De acuerdo con estas reglas, los clubes europeos pueden gastar hasta cinco millones de euros más de lo que ingresan por un periodo de evaluación que comprende tres años. Sin embargo, es posible exceder este nivel hasta un cierto límite, siempre que esté cubierto por una contribución/pago del propietario del club o de una parte relacionada.
Estos límites económicos han cambiado año con año con el objetivo de lograr un punto de equilibrio:
1.- 45 millones de euros para las temporadas 2013/14 y 2014/15
2. 30 millones de euros en 2015/16, 2016/17 y 2017/18.
Los siguientes años se planteaba que el límite será menor, aunque la cantidad no quedó definida.
Ahora, a todas luces estos topes han sido rebasados no solo con el reciente fichaje de Neymar, pues recordemos que el año pasado el Manchester United le pagó a la Juventus 120 millones de euros por el francés Paul Pogba.
Los clubes han ideado caminos para burlar el llamado ‘Fair-Play Financiero’. En el caso de Neymar la jugada que se advierte es relativamente sencilla, pues el PSG haría efectivo el pago de los 222 millones de euros por la cláusula de rescisión del brasileño, argumentando un ‘fichaje publicitario’, es decir, que el jugador será la imagen de QSI y esta empresa, que a la par posee el 70 por ciento del capital del club francés, estaría encargándose de abonar dicha cantidad.
Se sabe que al PSG no le preocupa violar la normativa, y en el último de los casos, si llega a ser ser sancionado, ya tiene a Neymar en sus filas, por ende habrá justificado la transgresión de la regla.
Javier Tebas, presidente de la Liga Española, advirtió hace unos días que denunciará al PSG por violar las reglas y normas de competencia económica de la Unión Europea.
“El Estado de Catar está inyectando un dinero violando las reglas de ‘Fair-Play Financiero’ y eso lo vamos a denunciar. Vamos a denunciar en la UEFA y si no hace caso, lo llevaremos a tribunales suizos de la competencia y en Bruselas, y no descartamos los propios tribunales de Francia y España”, advirtió en entrevista con el diario ‘El Mundo Deportivo’.
Las posibles consecuencias se verán a futuro, pero de entrada el conjunto francés logró dar un golpe histórico con el fichaje de Neymar, que apenas hace 10 meses firmó una cláusula de rescisión con el Barcelona, la cual parecía impagable, pero hoy quedó claro que el futbol vive alejado de las crisis económicas y el dinero decide los destinos y voluntades de los jugadores.