Pumas, el equipo que representa a la máxima casa de estudios en México, estaría envuelto en un caso de acoso que “quedó enterrado” por algunos intereses.
De acuerdo a información de Ignacio Suárez, colaborador de Récord, fue un caso en Fuerzas Básicas el que quedó enterrado por intereses del jugador en cuestión. Se trató de una mujer que trabajó directamente con los futbolistas de categorías inferiores del club.
El caso:
La fuente no señala el nombre de la víctima, por temas de seguridad. En este caso, ella se encontraba ya en la Coordinación de Desarrollo Organizacional del equipo y la cual cometió el error de darle clases presenciales a los futbolistas de las Fuerzas Básicas.
Luego de que se diseñara un sistema de bachillerato en línea para que los futbolistas pudieran terminarlo, el resultado no había sido nada bueno. Es por eso que ella les daba clases presenciales por la tarde, para que el conocimiento quedara al cien.
En esa situación, ella notó algo extraño un día y es que los futbolistas se veían entre sí para después reírse. Como cuando estás con tus amigos y te ríes de algo que sólo tú y ellos saben. En este caso, llamó a Marco García, quien se encontraba frente a ella y le pidió su celular.
En el celular del ahora talentoso jugador de Pumas, había fotos que le habían tomado momentos atrás. Fotos de su ropa interior o de sus partes íntimas, pues ella llevaba un vestido. El problema era peor, pues no eran sólo imágenes de ese día, sino de ocasiones anteriores en las que el juvenil se acercaba a preguntarle algo y aprovechaba para tomarle fotos.
“Él se acercaba a mí o en mi escritorio, para decirle que le explicara sobre algún tema y mientras lo hacía, el colocaba el teléfono abajo y tomaba las fotos o video sin que me diera cuenta. Luego supe que lo compartía con todos sus compañeros por WhatsApp o el Messenger de Facebook“, cita la fuente ya mencionada.
Pumas enterró el caso:
Con la evidencia en el celular de Marco García, ella acudió con David Patiño, quien hace algunos años salió de Pumas. No le resolvió nada y la mandaban de un lado para otro hasta que Irma Manrique, directora de Recursos Humanos del club, la “ayudó” y se quedó con el celular para resguardarlo.
Gustavo Martínez, director de administración y finanzas de Pumas le dijo que se levantó un acta administrativa contra Marco García, y le pidió que se tranquilizara.
Días después cuando ella quiso saber sobre los avances, Irma Manrique le dijo que había recibido instrucciones de borrar todas las fotos del celular. Es decir, la dejaron sin evidencia, buscando proteger a Marco García, quien ya hasta debutó con el primer equipo de Pumas.
¿Era acoso?
¡Claro que era acoso! En los artículos 178Bis y 179 del Código Penal, se señala que este tipo de casos podrían recibir de uno a tres años de prisión pero para llevarlo a tal grado, se necesitaba evidencia. Esa misma evidencia que se había borrado por “órdenes“.
¿Qué pasó después?
A ella le prometieron que Marco García sería suspendido dos semanas y que además, tendrían una reunión con los padres de él para hablar del tema. La reunión sí llegó, el problema fue el resultado de la misma. El padre, según relata la misma fuente, la retó diciendo que era abogado.
Lo peor no fue eso, sino que el director de la parte femenil del club, Luis de Buen, le sugirió que mejor usara pantalones en vez de faldas para verse “menos cachonda”. Sí, en Pumas, sugirieron a una mujer vestirse “menos provocativa“.
El acta administrativa a Marco García nunca llegó y ella fue despedida meses después del club, al mismo tiempo en el que el futbolista ya entrenaba con el primer equipo.