Después de cancelarse el torneo Clausura 2020, debido a la pandemia del coronavirus, Santos Laguna decidió darle salida a su portero titular, Jonathan Orozco. El técnico, Guillermo Almada, dio el visto bueno, pues con la transacción el club podía ingresar dinero y a la vez darle el puesto a su canterano, Carlos Acevedo.
Para entonces, el guardameta originario de La Comarca lagunera ya había jugado varios partidos. El 20 de agosto de 2016, debutó en Primera División, para cubrir el lugar de Agustín Marchesín, en un partido contra Cruz Azul. El técnico argentino, Luis Zubeldía, le dio la confianza al joven guardameta, en lugar de Julio González, actual portero de Pumas, y quien fue superado por Acevedo en la carrera por el puesto de segundo arquero.
Aquel día se hizo notar en el Estadio Azul por sus atajadas (pese a la derrota lagunera 3-0) y por su físico delgado.
Carlos Acevedo, un aficionado a Santos desde la infancia
Acevedo, nacido el 19 de abril de 1996, en Torreón, siempre fue aficionado a Santos, de modo que iba constantemente al antiguo estadio Corona. Desde los 10 años formó parte de las fuerzas básicas del club, hasta que a los 15 años dejó el equipo al sentirse relegado, en parte por su físico delgado y baja estatura, por lo cual en el club le decían Carlitos.
Un año después, Acevedo llamó la atención de sus entrenadores, pues había dado “el estirón”, por lo que recibió la invitación para volver al club para la categoría Sub 17, aunque seis meses después fue cortado del club, de modo que quedó borrado para el Clausura 2014, y se mentalizó para seguir con sus estudios, encaminados hacia medicina, como sus padres.
“Mis padres, futboleros, aficionados a Santos, me llevaron desde muy chico al estadio y ahí empezó mi afición al club. Antes se hacían actividades con niños, de modo que los jugadores entraban con un niño a la cancha y me tocó estar con el ‘Pony’ Ruíz, con Oswaldo Sánchez y Joahan Rodríguez y varios jugadores emblemáticos y así empezó mi amor por Santos”, compartió en Sopitas.com
El accidente que le abrió las puertas de regreso
El equipo Sub 17 se quedó con Santiago Antunes y Joel García como arqueros, quienes viajaron a la Ciudad de México para el juego de la segunda jornada contra Cruz Azul. Ronaldo Cisneros marcó el gol del triunfo 1-0, pero al regreso el equipo Sub 17 sufrió un accidente.
El autobús en el que viajaban los jugadores chocó y volcó en Durango. Delante de ese autobús iba el de la categoría Sub 20 y al percatarse del accidente, dieron vuelta para volver y asistir a los lesionados. El médico de la categoría Sub 17, César Mora, falleció en el lugar y se reportaron cuatro jugadores heridos de gravedad, entre ellos Santiago Antunes y Joel García.
Antunes sufrió fractura en una vértebra de la zona lumbar y García fractura nasal y de la órbita izquierda, por lo que el club se quedó sin porteros, de modo que invitaron a Acevedo para volver al equipo, aprovechando que ya estaba registrado ante la Liga MX, y desde ahí ya no soltó el puesto.
“Ese día estaba con amigo que jugaba en el club y por azares del destino no viajó. Tuvimos una reunión en mi casa y él le llaman como a las cinco de la mañana para decirle que el equipo había chocado a las tres, y todo el equipo estaba en el hospital y esa misma mañana fuimos a visitar a todos los compañeros. Yo tenía dos meses fuera de la institución, pero a todos los conocía y ahí me entraron las dudas luego de que me dijeron que tal vez podría regresar al club, pero al final de cuentas pensé que era una oportunidad para mí, acepté el desafío y hasta la fecha mira dónde andamos”, compartió Acevedo en Sopitas.com.
Los maestros e influencias de Carlos Acevedo
Santos dio el bombazo en el mercado de fichajes a finales del 2006, cuando firmó a Oswaldo Sánchez. Para ese entonces, Acevedo tenía 10 años y nació una admiración hacia el entonces portero de la Selección Mexicana, quien se retiró en 2014.
Carlos pudo entrenar al lado de su ídolo en la era de Pedro Caixinha y fue una de las piezas fundamentales para su regreso definitivo a Santos, pues Oswaldo intercedió ante la directiva para que no lo cortaran.
“Todo eso es cierto. Tuve algunos entrenamientos con él y desde el primer entrenamiento me dio para arriba, me decía ‘Potrillo’ porque tenía las piernas flacas. Un día recibí la noticia de que no formaba parte más del club y mi intención al acercarme con él era sólo agradecerle lo que había vivido en los pocos entrenamientos con él, tuvo la apertura de escucharme y Juan Pablo Rodríguez me dice después que Oswaldo fue y platicó con la gente con la que tenía que platicar. Estoy eternamente agradecido con él”, declaró.
Tras el retiro de Oswaldo trabajó muy de cerca de Agustín Marchesín, quien ha sido su máxima influencia deportivamente, antes de coincidir con Jonathan Orozco, el portero a quien más sustituyó en el primer equipo en el torneo de liga.
Sus tres maestros llegaron a sus respectivas selecciones, algo que él también persigue, aunque con su propio estilo. “He tenido grandes maestros en el club, a mí me gusta aprenderle las cosas buenas a cada uno de ellos, pero es importante no perder la esencia. Cuando atajo no estoy pensando ‘ay, quiero atajar como Oswaldo o como Marchesín, o voy a salir jugando como Jonathan Orozco’, mi intención es ser Carlos y demostrarle al equipo y a la afición, que Carlos tiene estilo”, compartió.