Sí, así de rápido pasa el tiempo. Hoy se cumple un año de los atentados en París que sorprendieron al mundo entero. Un golpe terrorista que tuvo consecuencias fatales y que estuvo a punto de lastimar a miles de personas en un estadio de futbol.
El estadio de Saint-Denis pudo ser víctima de esto, cuando se jugaba el amistoso entre Francia y Alemania. Un estruendo sacudió a la afición y a François Hollande, presidente de la nación gala. En ese momento se pudo pensar que era un petardo o algo por el estilo, pero no, fue una explosión en un bar cercano al recinto, Francia estaba bajo ataque.
Poco a poco los presentes se empezaron a dar cuenta de la situación. Hollande fue evacuado y la cancha se inundó de personas que fueron a ver un partido de futbol y terminaron en total pánico. Los futbolistas veían las televisiones incrédulos, con esa cara que pones cuando no sabes lo que está pasando. Era una situación increíble, jamás vista y que muy pocas veces se había visto en el deporte.
Además, poco más tarde nos enteramos que dos de los terroristas quisieron entrar al estadio, hubiera sido una catástrofe aún mayor.
Desde ese día el deporte sí cambió. Puede que no se note mucho en la cancha, en el desempeño de los atletas o en los ratings de televisión, pero sí se modificó algo: la mentalidad.
En ese momento se impartió algo que en muy pocos deportistas había: miedo. Miedo a viajar en avión, miedo a salir a la cancha en un estadio ajeno, miedo a los aficionados que se acercaban. Y claro que es justificable, pues por su fama estaban expuestos.
Asimismo comenzaron a salir rencores, reacciones negativas y publicaciones que probablemente se debieron de evitar. Aquí fue el punto donde mentalidades extremistas salieron a relucir, pero ese ya es un tema más político.
Y ese miedo no quedó solo en ellos. Los dirigentes de cada uno de los organismos también se espantó y buscó hacer algo. Desde ese mismo preciso instante para poder entrar a un estadio en Europa la revisión es exhaustiva hasta el punto de invasiva. Si te ves sospechoso es muy probable que te detenga más tiempo y en un caso muy extremo, te nieguen la entrada.
Y esto se mostró en la Eurocopa. El miedo estaba ahí y aunque fueron muy valientes en seguir adelante y no dejar que el atentado cambiara al evento, en un inicio se sentía una vibra diferente, de festividad pero con cautela. Claro, se hizo un excelente trabajo y a pesar de los problemas con holligans, no pasó a mayores. Se superó la prueba y se dejó atrás ese terror de un posible ataque.
Para los Juegos Olímpicos se podría decir que llegaban más relajados. Sin embargo, la policía estaba muy presente en cada evento, en cada sede y en cada entrada para ver un deporte. De nuevo, no pasó nada y esto fue gracias a que ya se habían tomado medidas.
En estos momentos no se nota el cambio porque es algo que no se ve en el campo, pero está en la seguridad de los estadios, en esa prevención que en su momento no se llevó a cabo. Será muy difícil que con esa triste lección ocurra algo malo.