Jugar en Argentina es todo un reto en gran parte por la pasión que le imprimen sus aficionados horas o días antes de jugar un partido, como lo hemos visto en el Clásico de Argentina entre Boca Juniors y River Plate en la Final de la Copa Libertadores.
La Final de Ida disputada en La Bombonera de Boca dejó muestra de esta pasión de sus aficionados que a partir de hoy pueden presumir que su cancha es la más intimidante en todo el mundo, de acuerdo con una clasificación de la BBC con los siete inmuebles más intimidantes en el mundo.
Además del papel que juegan los aficionados xeniezes también influye la arquitectura del inmueble, pues cuando los seguidores saltan en las tribunas hacen temblar literalmente la cancha, lo que ha llegado a formar una teoría que propone que el estadio no tiembla, sino que La Bombonera tiene corazón y éste se deja sentir cuando late.
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Para la BBC, el séptimo estadio más imponente está en España y no es la casa del Barcelona, Real Madrid ni Atlético de Madrid, sino Mestalla, el estadio del Valencia. En este inmueble también influye la arquitectura, pues la tribuna norte, donde están los locales, está bastante pronunciada y cercana a la cancha, lo que provoca la sensación de tener a los aficionados encima.
El sexto sitio lo tiene el De Kuip, que es casa del Feyenoord. Sus aficionados pueden ser tan amables a tal grado de lanzar peluches a los niños, pero también pueden convertir su estadio en una catedral de la claustrofobia, especialmente cuando Ajax es el rival.
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San Paolo, la casa del Napoli, requiere urgentemente una manita de gato debido a los daños que ha sufrido por el paso de los años y la pasión que muestran sus aficionados. Esta pasión se ha hecho presente sobre todo tras la llegada de Diego Armando Maradona, por lo que se puede decir que San Paolo fue uno antes de Maradona, y otro completamente pasional después del 10.
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Cuando los jugadores visitantes y sus aficionados arriban al Turk Telekom Arena, casa del Galatasaray, saben que no la pasarán bien, pues son recibidos con un letrero que contiene la frase: “Bienvenidos al infierno”. Las gradas de los seguidores de este equipo encienden bengalas rojas, que confirman que el visitante realmente está en un infierno.
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El estadio boliviano Hernaldo Siles no pesa tanto por su arquitectura ni por la presión que ejercen los aficionados, sino por su ubicación, a tres mil 600 metros sobre el nivel del mar, por lo que visitantes suelen resentir este aspecto por el menor índice de oxígeno.
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En Serbia se encuentra el estadio más intimidante de Europa, el Rajko Mitic, casa del Estrella Roja. Sus obscuros y grafiteados túneles hacia la cancha hacen sentir incómodo a cualquier rival a tal grado de sentir que estás preso.
This is the tunnel the Liverpool players will have to walk down to face Red Star Belgrade on Tuesday. pic.twitter.com/T8lJB9AqyI
— Mootaz Chehade (@MHChehade) 4 de noviembre de 2018
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La Bombonera y el constante latido de su cancha, impulsado desde las tribunas, ponen a temblar a cualquiera y si no pregúntenle a River, que consiente de ello optó por defenderse en el juego de ida de la Final de la Copa Libertadores. Es pequeño, pero sus aficionados lo han hecho sentirse grande desde 1940, año de su inauguración.
