Lukas Bates no forma parte del los 50 hombres más rápidos del mundo. Es más, su nombre no aparece en la lista de los primeros 500. Nunca represntará a Inglaterra en un maratón durante unos Juegos Olímpicos, a menos que estos sean con disfraz de algún edificio emblemático, porque entonces sí sería un fuerte contendiente al oro, aunque tendría que pensar en un monumento menos alto que el Big Ben para cruzar sin problemas la meta.
Bates corrió por quinta ocasión el maratón de Londres, uno de los más importantes en el mundo, y el objetivo era imponer un nuevo récord Guinness de un maratonista disfrazado de algún inmueble icónico.
Para ello, este Big ben de 30 años de edad debía cruzar la meta en tres horas y 34 minutos. De conseguirlo, el dinero obtenido iría directo a la recaudación de fondos para le investigación del Alzheimer.
Sin embargo, el disfraz retrasó un poco su tiempo. Bates cruzó la meta después de tres horas y 54 minutos, es decir, se quedó a 20 minutos del récord Guinness, de los cuales perdió casi medio minuto para cruzar la meta, ya que su disfraz era demasiado alto y la punta de la torre del Big Ben chocaba con el techo de la meta.
This is not what you need after 26.2 miles. pic.twitter.com/ZkmJftX0Hv
— BBC Sport (@BBCSport) 28 de abril de 2019
Con la ayuda de los comisarios del maratón, Bates cruzó la meta casi de rodillas, pues la punta del Big Ben estaba casi metro y medio por arribe de su cabeza.
De esta manera, para la siguiente competencia, Bates tendrá que pensar en una torre menos alta, tal vez como la Torre Latino, jajajaja.
A lo largo de la historia del maratón de Londres, cientos de atletas han competido por diferentes causas con disfraces, de modo que le han dado vida a animales, avionetas, incluso a autobuses como muestran estas imágenes del 2011.
