No es que tu pantalla se esté derritiendo o que estés borracho o crudo (bueno, de eso no estamos tan seguros), la línea del mediocampo de la cancha del Real Betis, equipo en el que milita el mexicano Andrés Guardado, realmente está chueca.
Los miles de aficionados que se dieron cita para ver el partido entre el Betis y Eibar correspondiente a la jornada 17 de la liga española y se encontraron con la sorpresa de que la línea del medio campo estaba chueca.
Sin embargo, no es que los responsables de la cancha hayan pintado mal la línea, sino que fue parte de una campaña para hacer consciencia sobre el uso del automovil bajo los efectos del alcohol, por lo cual se ocultó la línea verdadera y se colocaron varias cintas que simularon la línea chueca.
¿Pero qué está pasando? 😳〽⁉#DíaDeBetis #RealBetisEibar pic.twitter.com/SQKQ7wjU4c
— Real Betis Balompié (@RealBetis) 22 de diciembre de 2018
Esta no fue la única sorpresa para los seguidores del Betis, pues a cada uno se les repartió un gorro navideño de color verde, el mismo que le da identidad al equipo andaluz y la segunda sorpresa fue el empate 1-1 de su equipo.
Béticos, de gran corazón
Durante el medio tiempo, los aficionados ofrecieron un espectáculo al lanzar a la cancha cientos y cientos de peluches, mismos que serán repartidos a niños de escasos recursos durante las fiestas decembrinas.
🐻🐹🐮🙌💚
Lo recordaremos por siempre. GRACIAS por demostrarnos una vez más que sois la mejor afición del mundo. pic.twitter.com/3iyA1xWc7D
— Real Betis Balompié (@RealBetis) 22 de diciembre de 2018
De esto debe tratarse el fútbol. Lluvia de peluches para los niños más necesitados de Sevilla por parte de la afición del Betis. pic.twitter.com/yHL6IZtovz
— Fonsi Loaiza (@FonsiLoaiza) 22 de diciembre de 2018
💚 Es imposible no sentir orgullo futbolero con una afición como la del Betis
🐻 Luvia de peluches por Navidad pic.twitter.com/77Feci0rEE— AS (@diarioas) 22 de diciembre de 2018
Esta iniciativa ya se ha visto en México desde hace varios años con el Santos Laguna y en el último año con Tigres. En Holanda también se vio un espectáculo similar cuando seguidores del Excelsior arrojaron peluches a niños de un hospital que fueron invitados al estadio del Feyenoord.