Hace algunos años el futbol fue considerado como un candidato a recibir el Premio Nobel de la paz por su capacidad de reunir en un mismo lugar a aficionados de diferentes religiones, estatus económico y razas, sin embargo fue descartado por los hechos de violencia, racismos y homofobia.

El futbol es un terreno que aún no está listo para que los jugadores homosexuales expresen abiertamente sus preferencias, pues no existe la cultura de respeto entre aficionados, relató el defensa español del Arsenal, Héctor Bellerín.

El jugador formado en el Barcelona es uno de los blancos favoritos de las críticas por parte de los seguidores Gunners debido a las fotografías que sube a su cuenta de Instagram, así como el hecho de dejarse el cabello largo, aspecto que le ha valido una buena colección de ofensas de corte homofóbico que en algún momento lo orillaron a cerrar sus cuentas.

“Algunos aficionados son muy ofensivos. La mayor parte de los insultos me llegan por Internet, pero otros se escuchan en el estadio. Me llaman ‘lesbiana’ porque tengo el pelo largo y después siguen con otros muchos insultos homófobos. Cuando juego mal, la situación se vuelve insostenible”, compartió en una entrevista a The Times.

 

El peor momento fue hace un año y medio, tuve que cerrar temporales mis cuentas en las redes sociales por los insultos que recibía”, confesó Bellerín.

De a poco, el futbol británico comienza a familiarizarse con este tipo de temas a tal grado que la federación dio luz verde a la primera árbitro transgénero, sin embargo aún existe una gran parte de aficionados que rechazan a esta minoría, aunque en otros deportes hay mayor apertura y Bellerín puso como ejemplo el rugby.

“Revelar que uno es homosexual puede ser muy desagradable, especialmente para los jugadores de un equipo rival. Cuando sucedió en el rugby los fans respetaron su decisión. Pero en el futbol la cultura es diferente… el problema es que los aficionados tienen una idea de cómo un futbolista debe vestirse, cómo debe comportarse y cómo debe hablar. Si te comportas de forma distinta de lo que esperan te conviertes en un blanco de críticas”.

 

Bellerín tiene 23 años y desde 2013 juega con el Arsenal, que lo fichó en 2011, cuando tenía 16 años y formaba parte de las inferiores del Barcelona, y aunque no se ha declarado gay como tal, en redes sociales se muestra como un hombre vanidoso.

“Muchas personas me dicen cosas bonitas, pero es normal concentrase en los insultos. Y cada día trato de aprender a combatir la situación de la mejor manera posible”.

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Sergio Ramírez es periodista egresado de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, con más de 10 años de experiencia en medios de comunicación. Ha trabajado en Diario Estadio, La Razón de...

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