Dejar fuera de la convocatoria a Lionel Messi nunca ha sido una buena idea. En el Barcelona lo saben desde la época en la que dirigía el Tata Martino. Lo supo después Luis Enrique y ahora Ernesto Valverde.
Barcelona perdió el invicto en la penúltima jornada de la liga española y aunque los pupilos de Valverde tuvieron una reacción feroz, el Levante terminó con el triunfo 5-4 y el técnico culé con el deseo de tener en la banca al argentino para buscar el empate.
El estratega del cuadro culé decidió darle descanso a Messi, pese a que pelea la Bota de Oro. En la banca se le vio desesperado, consciente que la prensa española se lo comerá, como pasó en su momento con el Tata Martino y Luis Enrique, mientras que el madridismo festeja como si fuera una victoria suya.
“Queríamos acabar la temporada invictos, pero eso no quita que gran torneo que hemos hecho”, dijo Sergio Busquets al final del partido. “Cinco goles ha sido una losa muy grande, cuando te meten cinco es difícil sacar algo positivo”.
Emanuel Boateng quedó como el héroe del equipo granota al marcar su primer hat-trick en su carrera y fue ante Barcelona, el campeón de España que vistió el uniforme de las desgracias.
Al encarar como visitante a un equipo que viste los mismos colores, el Barça recurrió a su tercera equipación, color azul cielo (¿o verde agua?), el mismo con el que fue eliminado de la Champions ante la Roma.
Los tres goles de Philippe Coutinho fueron insuficientes para los blaugranas que no habían perdido en la actual temporada de La Liga y que no perdía desde el 8 de abril de 2017, ante Málaga (2-0). Desde ese entonces sumaba 43 juegos sin derrota.
Levante, que consumo su quinto triunfo consecutivo como local, celebró el triunfo como si fuera un título, pues sus jugadores dieron al vuelta olímpica.
Barcelona cerrará la temporada en casa ante la Real Sociedad, sin su invicto, pero con el título de la liga y una fiesta para despedir definitivamente a Andrés Iniesta.