En una de las noches más tristes en la historia de México, (26 de septiembre del 2014), un equipo de niños de futbol quedó atrapado entre la tragedia de Ayotzinapa, la desaparición de 43 normalistas, y el infortunio de pasar por un lugar a la hora y en la noche equivocada.

Los Avispones de Chilpancingo son el ejemplo perfecto de la malaventura que puede resultar un simple trayecto automovilístico por las carreteras de este país.

Los Avispones de Chilpancingo, el equipo olvidado del caso Ayotzinapa

La maldita noche del 26 de Septiembre de los Avispones de Chilpancingo

La madrugada del viernes 26 de septiembre del 2014, apenas llovía camino a Iguala, sin embargo las gotas no daban tregua, era como  si tratara de anunciarles a los muchachos,-casi todos de 15 años-, que aquella noche jamás la olvidarían.

Los niños volvían de Iguala después de jugar un partido cuando un comando a la caza de estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa abrió fuego contra ellos. Los confundieron.

Los Avispones de Chilpancingo, el equipo olvidado del caso Ayotzinapa

El circuito vial Periférico, a la altura de la comunidad de Santa Teresa, entre Iguala y Chilpancingo, fue el lugar de los hechos. A consecuencia de los impactos de bala murieron: tres estudiantes, una pasajera de un taxi, el chofer del camión del equipo y un jugador de apenas 15 años, Víctor Manuel Lugo Ortiz, y David Josué García Evangelista, respectivamente, volvían a casa con los Avispones.

De la victoria al terrible recuerdo de Ayotzinapa

El vaivén del camino arrullaba a un equipo de niños y adolescentes, (entre 14 y 18 años) cansados y hambrientos después una victoria en Iguala.

Era casi las 11:30 de la noche, cuando el autobús del equipo tomó la desviación a Santa Teresa. Su destino estaba escrito.

De pronto, el ruido de las balas fue lo único que se escuchó en aquel momento. Los servicios periciales contabilizaron más de 200 casquillos percutidos alrededor de la camión Volvo que quedó inservible, a lado de la carretera Iguala-Chilpancingo.

Los Avispones de Chilpancingo, el equipo olvidado del caso Ayotzinapa

Tras las ráfagas de bala, el auxiliar técnico del equipo, Jorge León Sáenz encaró a un sicario que pretendía meterse al autobús de acuerdo a una entrevista con Milenio.

Abre hijo de la chingada. Exigió el agresor mientras amagaba con accionar nuevamente el arma. – Sí, te voy a abrir, pero te aclaro que aquí vienen niños. Somos un equipo de futbol. -¡Que abras hijo de la verga. Ya escuché que quieres entrar, pero te informo que aquí vienen niños y son más de 20. -¡Abre o disparo, cabrón! No dispares; ya me diste dos balazos. Aquí hay gente herida y vienen muchos niños. Suplicó. Desde el piso de la unidad, el chofer Víctor Manuel Lugo Ortíz, alias “El Bárcel” observaba el diálogo, ya no pudo moverse más. Murió aquella noche.

Para entonces, otro agresor ya se había cerciorado de que en el camión solo había deportistas. -Ya la cagamos, no son estos.

Cuando la sangre manchó a los Avispones de Chilpancingo

Los sicarios huyeron llevándose toda esperanza. El chofer, Víctor Manuel Lugo, permaneció inmóvil, herido de muerte. El preparador físico recibió una bala en la cara que lo dejó ciego de un ojo y con la nariz rota. El director técnico estaba encorvado, con dos disparos que le habían perforado el estómago. Miguel Ríos, defensa central, se desangraba debido a cinco balazos

De los 26 pasajeros, 12 estaban lesionados. David Josué García, ‘El Zurdito’, la vida y los sueños se le escapaban por una herida mortal en el cuello.

El equipo olvidado del caso Ayotzinapa: Los Avispones de Chilpancingo

“Lo que vivimos no nos tenía que pasar a nosotros”

“La noche se veía más oscura de lo normal. Lo que vivimos no nos tenía que pasar a nosotros, es más, creo que a nadie le debería de suceder algo así, la muerte no se le desea a nadie y lo cerca que estuvimos de ella, fue algo muy fuerte para nosotros, porque no teníamos nada que ver”, recordó a Excelsior  Irvin Paul Meza, mediocampista de los Avispones, al describir el peor día de su vida.

“Yo veía los partidos de futbol en la tele y que le dedicaban un minuto de silencio a David, pero después sólo se habló de los desaparecidos de Ayotzinapa, se olvidó que esa noche también nos atacaron a los Avispones”, detalló Miguel García, al sitio Notas periodismo popular.

La vida sigue apesar y afortunadamente

Los Avispones no suelen ser nombrados en las manifestaciones, encaran su reclamo de justicia por su cuenta. En el video con la versión oficial de la procuraduría federal solo aparecen durante 30 segundos.

A la familia del ‘Zurdito’ García, le prometieron una ayuda económica que no llegó. Han esperado pacientes estos 5 años, con el recuerdo imborrable de la tragedia y la pelota a punto de rodar.

 

Foto principal tomada de Animal Politico 

Con Información de Milenio, Esquire, Excelsior, Periodismo Popular

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