Se llevó a cabo la edición trigésimo cuarta del Maratón de Beijing, que además de los mismos participantes, contó con la presencia de un invitado muy común en dicha ciudad.
Desde hace algún tiempo, la ciudad de Beijing se ha convertido en una de las más contaminadas de todo el mundo. Los niveles de smog son una cosa de locos y pese a eso, miles de corredores se dispusieron a madrugar y a echar la carrera.
Antes de las siete de la mañana (hora programada para iniciar en la plaza Tiananmen) se registró una concentración de smog de 400 microgramos por metro cúbico de aire de partículas PM2,5 de un diámetro inferior a las 2,5 micras y consideradas las más dañinas para la salud.
Sin embargo, como esos chinos son unos verdaderos loquillos, dijeron que eso no les iba a impedir nada y así se lanzaron a correr la maratón, solo que algunos parecían que llevaban sus disfraces de Breaking Bad.
Pese a estar bajo alerta casi naranja por la contaminación (un nivel inferior a la roja, la máxima), los corredores llevaron sus mascarillas de todo tipo, desde las clásicas hasta las que parecían hechas para una pandemia zombie.
Obviamente también hubo participantes que tuvieron problemas respiratorios al momento de ejecutar la carrera.
No obstante, esta se desarrolló y los ganadores fueron de Etiopía. Girmay Birhanu Gebru ganó la competición de hombres con un tiempo de 2 horas, 10 minutos y 42 segundos, mientras que Fatuma Sado Dergo ganó la femenina en 2:30.3.
No cabe duda de que esos chinos… son una joya.