Era matar o morir.

Y si, puede parecer exagerada tal afirmación si tomamos en cuenta que apenas culmina la primera mitad de la fase de Grupos en la UEFA Champions League, pero algunos equipos como mi Arsenal, llegaban a la cita con la vital urgencia de conseguir una victoria que les mantuviera con aspiraciones en la competencia de clubes más importante del planeta.

También era como mi navidad. Los Dioses del fútbol decidieron traerme a Londres a presenciar el agarrón entre el Arsenal y Bayern Munich, un partido que independientemente de mi fanatismo gunner es garantía cuando vemos la calidad de jugadores de ambos equipos, desde los porteros, como Neuer y Cech, mediocampistas como Xabi Alonso, Douglas Costa, Santi Cazorla o Mesut Özil y por supuesto, delanteros como Lewandowski o Alexis Sánchez, sin descontar por supuesto a dos de los técnicos más atrevidos y espectaculares de nuestra era como son Pep Guardiola y Arsene Wenger frente a frente. No por nada se trata de las ‘Noches Mágicas de la Champions League.

Así eran las banderas con las que se conformó un gran mosaico en la tribuna previo al partido

La Chaaaaampioooooooooooooons

Y justamente magia era lo que necesitaba el Arsenal, que tras ligar derrotas consecutivas ante los modestos Zagreb y Olympiacos, enfrentaba a una máquina de fútbol llamada Bayern Munich. Una máquina que no había perdido un sólo encuentro en la presente temporada, en la que registran cuarenta goles a favor y tan sólo cinco en contra.

Sin embargo, esa es la magia del fútbol, en donde finalmente el Arsenal supo luchar contra su estilo y por primera vez en mucho tiempo se vio a un equipo cómodo cuando no tenía la posición de la pelota, y según las estadísticas, los Gunners no tuvieron la pelota el 68 por ciento de los 90 minutos disputados, sin embargo, mantuvieron la compostura y con una espectacular actuación de Petr Cech en la porteria, supieron golpear al Bayer Munich a base de contragolpes, ofreciendo probablemente su mejor actuación de todo el año, superando incluso aquellas épicas victorias ante el Manchester City o Manchester United en la Premier League.

Después de todo, este es el Bayern Munich del gran Pep Guardiola, del invencible Manuel Neuer y del letal Robert Lewandowksi. El Bayern Munich que hasta el día de hoy, no había recibido más de un gol en sus últimos 13 partidos en la Bundesliga, el Bayern Munich que no se había ido sin anotar en un partido desde el pasado 9 de Mayo.

El Bayern Munich que ayer por la noche, completó tres veces más pases que el Arsenal, que tuvo el balón dos terceras partes de todo el partido y que aún así, se fue sin goles; los cuáles llegaron de la mano de Oliver Giroud, que enloqueció a todo el estadio con un descompuesto remate tras una errónea salida de Manuel Neuer y posteriormente de Mesut Özil quién capitalizaría un espectacular robo de balón de Hector Bellerín, el nobel jugador español, que pinta para convertirse en uno de los mejores laterales del mundo.

Estos “son los misterios del fútbol” dice Guardiola al finalizar el partido.

A final de cuentas, la derrota no significa mucho para el Bayer Munich, que sigue encabezando el Grupo F en la Champions, sin embargo, la victoria es un tanque de oxígeno, deportivo y anímico para el Arsenal que ahora tendrá que pagar la visita a Alemania el próximo 4 de Noviembre.

Mención aparte, para los fans del Bayern Munich que colocaron dos grandes mantas donde afirman que “el futbol sin los fanáticos no vale nada”, a manera de protesta por los exagerados precios de boletos que hay en la Premier League

Y aquí, pueden ver mi cara de idiota antes del partido…

Y mi cara de más idiota aún después del partido

Hay algunas cosas, que nunca cambiarán….

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