Por:@LUISRICARDOHR

Este es tu momento, estás teniendo el partido de tu vida. Tu equipo sigue perdiendo en el global, pero un gol más y el juego se va a tiempos extra. Lo estás dejando todo en el campo, ya te han derribado un par de veces y te han pateado como nunca, pero no importa, no vas a rendirte.

Gerardo Lugo te filtra el balón, ya viste el espacio, nadie lo cubre. Vas, con todo, es momento de marcar el gol del empate global. La bola está por llegar a tu pecho, piensas bajarla y disparar dentro del área, pero de pronto se te apaga la luz. José Manuel Cruzalta te ha embestido como si fuera un toro enfurecido con el torero y la cadera del defensor te dejó noqueado como diría el Dr. Alfonso Morales, ‘por la vía del cloroformo’. De manera increíble el árbitro no marca el penal. Lo peor es que ese impacto sería tan fuerte como los golpes que te daría la vida misma años después de aquella jugada.

Hoy en las Antipromesas les presentamos la historia de César Villaluz, uno de los más grandes prospectos de aquella generación dorada del 2005 que nunca pudo dar lo que se esperaba de él. A diferencia de otros casos, el declive en la carrera de Villaluz tiene un origen puntual, pero de igual forma aquí les va su historia:

Orígenes: el Campeón del Mundo de la Guerrero

MEXSPORT

César Osvaldo Villaluz Martínez nació  en el otrora Distrito Federal, el  18 de julio de 1988, y aún siendo muy pequeño mostró talento para el futbol. Desde los cuatro años era parte de un equipo de su barrio llamado Real Ángeles y desde los 10 formó parte de las fuerzas básicas del Cruz Azul.

Villaluz se crió en una de las colonias con mayor índice de inseguridad en la Ciudad de México, la Colonia Guerrero. Ligeramente al norte del Centro Histórico de la capital se encuentra ‘La Guerrero’, uno de los barrios más antiguos de la ciudad y que lamentablemente lleva un rato viviendo constantes y atroces episodios de inseguridad. como el del tristemente célebre Canibal de La Guerrero.

En medio de un ambiente tan hostil, Villaluz logró salir adelante y dedicarse al futbol profesional. Comenzó su carrera como delantero, pero pronto fue retrasado a la media cancha debido a su tamaño (1.65 ya como adulto). En la mitad del campo el jugador encontró su hogar.

Pronto destacó en las inferiores de La Máquina y en el 2005 Jesús Ramírez lo llamó para disputar el Mundial Sub-17 en Perú.  El mediocampista fue una de las piezas claves para que México se llevara el campeonato en aquel torneo y era de los jugadores que parecían tener más futuro en el balompié profesional, pero el tiempo demostró lo contrario.

Cruz Azul: prometedor debut y el golpe que acabó dos carreras

César Villaluz debutó con La Máquina el dos de abril del 2006 en un partido ante San Luis . El primer gol del jugador en Primera  cayó un mes después, curiosamente en un partido ante Toluca. El mediocampista debutó bajo el mando de Isaac Mizrahi pero no pudo consolidarse en primera con dicho entrenador.

Con la llegada de Sergio Markarian a  La Máquina, César Villaluz encontró un lugar en el cuadro titular y pronto se volvió uno de los preferidos de la afición celeste. Para el 2008 el mediocampista encabezó a una gran generación de canteranos del Cruz Azul, entre los que destacaban Rogelio Chávez, Édgar Andrade, Gerardo Lugo y el Cata Domínguez.

En el primer semestre del 2008, el Azul llegó a la Final pero terminó perdiendo ante el Santos Laguna con un golazo de Daniel Ludueña. Para la segunda mitad del año, La Máquina volvió a llegar a la final pero ahora se enfrentaba al Toluca.

Los Diablos se impusieron 2-0 en la ida, pero el Cruz Azul salió con todo en el partido de vuelta. Era un domingo al medio día y el sol caía a aplomo sobre el césped del Nemesio DiezAlejandro Vela adelantó a La Máquina y minutos más tarde llegó el momento que noquearía las carreras de César Villaluz y Roberto García Orozco. José Manuel Cruzalta golpeó al cruzazulino de tal forma que aún en la NFL ese impacto hubiera sido ‘rudeza innecesaria’.

César Villaluz inconsciente en el césped tras el choque con Cruzalta /MEXSPORT

Villaluz estuvo un rato inconsciente y abandonó el terreno de juego en camilla. Era obvio que había sido penal pero el silbante no lo marcó y al final el  Toluca venció a los Cementeros en penales quedándose  con el campeonato. En aquel momento Roberto García Orozco era el árbitro más prometedor de México, pero a partir de ese golpe su carrera se vino abajo y el nazareno jamás logró tomar el estandarte que dejarían vacante Marco Rodríguez y Armando Archundia.

Luego de recuperarse de la conmoción, Villaluz volvió a las canchas y pasó unos años más en La Noria, pero pese a que tuvo buenos partidos ya no era el mismo. Entraba con miedo en las pelotas dividas y sus regates ya no espantaban. Era como si aquel golpe le hubiera desconectado algo en el cerebro. Eventualmente César salió del Azul.

El escándalo del hijo, San Luis y la fractura

La vida personal es asunto de cada quien, pero no podemos dejar de mencionar lo que ocurrió con el mediocampista de La Máquina justo cuando su carrera con el Azul estaba en jaque. Villaluz tuvo un hijo con su pareja; sin embargo, al enterarse de que ella estaba embarazada la dejó y dijo que el niño no era suyo. Tiempo después se confirmó que el bebé sí era de César. Menos de un año después del escándalo el jugador fue transferido a San Luis.

Con los potosinos Villaluz tenía la encomienda de no descender; de hecho el jugador tuvo buenos momentos con San Luis pero de nueva cuenta una lesión truncó su carrera. Los Gladadiadores enfrentaban al América en un partido de temporada regular, Jesús Molina realizó una barrida para recuperar el balón, pero de paso le fracturó el tobillo al canterano de La Máquina y el ciclo del jugador con San Luis terminó fuera de las canchas.

Chiapas y Tigres:  Nadie te quiere y terminas en el Ascenso

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La temporada que Villaluz se fracturó el tobillo fue la misma del cambalache de franquicias en la Liga MX, en el que San Luis pasó a ser Jaguares de Chiapas. En aquel momento Tigres compró la carta del mediocampista pero bajo la condición de que éste ya estuviera totalmente recuperado de su tobillo.

Chiapas decía que Villaluz ya estaba bien pero los doctores de Tigres decían que no: o sea nadie quería al jugador y se peleaban por quién era el dueño de su carta, pero porque ninguno quería serlo.  Mientras esto ocurría, la Comisión del Jugador se hacía de la vista gorda (como siempre) y nadie le pagaba al mediocampista. Villaluz no tenía ni equipo para entrenar y mejor se mantenía en forma en el deportivo de la Delegación Cuauhtémoc.

Al final, la Federación Mexicana de Futbol resolvió el caso en favor de Jaguares y Tigres tuvo que pagarle al jugador. La UANL vendió la carta de Villaluz al Atlético San Luis (ahora en Liga de Ascenso). Actualmente, el jugador milita en el Celaya del Ascenso MX, ha jugado 34 partidos esta temporada y sólo ha podido marcar un gol. Esta fue la historia de César Villaluz, promesa del Cruz Azul que jamás pudo recuperarse de aquel golpe que le dejó el rostro más morado que la misma cara de José Manuel Cruzalta.

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