Dentro del mundo del deporte hay algunos personajes que parecía iban a dar el salto hasta la cumbre de su disciplina pero que los obstáculos en el camino terminaron por derribarlos. Tal es el caso de Antonio Margarito, un boxeador mexicano que llegó a ser campeón del mundo y de no haber sido por las lesiones, quizá fuera una leyenda. Esta es nuestra antipromesa del día.
Antonio Margarito, nacido en Tijuana, Baja California, comenzó a boxear desde muy joven a nivel profesional, a los 15 años, derrotando a José Trujillo por decisión y llamando la atención de los fanáticos de los puños.
Su carrera fue en ascenso. Ligó 5 victorias en su inicio en el boxeo, luego cayó 3 veces en sus siguientes 7 combates pero ese duro golpe fue el que lo impulsó a salir adelante y dar lo mejor de sí, llegando a ser el contendiente número 1 por el título de la OMB y NABO.
Se coronó por primera vez como campeón el 16 de junio del 2000, ante David Kamau, un peleador que puso gran resistencia pero que no pudo con el mexicano. Este combate fue el ‘trampolín’ para tener más oportunidades dentro del mundo del boxeo, pues se llegó a medir con personajes como Sergio ‘Maravilla’ Martínez, Daniel Santos, Manny Pacquiao, Shane Mosley y su archirrival, según los fanáticos, Miguel Ángel Cotto.
Las derrotas de Antonio Margarito ante Cotto, Mosley y el propio Pacquiao no sólo fueron una mancha en el récord del mexicano, sino que en todas y cada una de ellas sufrió algún tipo de lesión.
Cortes profundos en el rostro, lesión en el hombro o brazos, operaciones que mantuvieron lejos del cuadrilátero a Antonio Margarito y todo eso sumado a una tremenda paliza que le dio el ‘Pacman’ el 13 de noviembre del 2010, mismo que lo mantuvo fuera de actividad por poco más de un año y que sin duda fue el parteaguas para no seguir prosperando.
Se veía a Antonio Margarito con un ritmo muy bajo, sus golpes no llevaban la misma fuerza de antes, ya no tenía tanta agilidad y pese a ser un boxeador alto, con brazos largos que normalmente lo ayudaban en combate, perdió ese toque que le daba ventaja en el ring, llegando a ser catalogado como un posible ‘fracaso’.
Antonio Margarito comenzó a hacer un análisis en su carrera y a ver si en verdad valía la pena seguir. Tuvo un par de momentos donde consideró el retiro pero siempre regresó por ‘una más’.
Regresó en 2016 tras un retiro momentáneo, luego de 5 años lejos del ring y venció al ‘Maromerito’ Páez, Ramón Álvarez y Carson Jones, en 2017, siendo esta su última pelea. Antonio Margarito sabía que ya no estaba en ritmo y no le quedó más que decir adiós.
“Si no puedo competir al 100 %, no quiero volver al ring, es mejor que me retire. Después de mucha reflexión y varias conversaciones con mi familia y mi equipo, estamos todos de acuerdo en que ha llegado la hora de colgar los guantes y comenzar un nuevo capítulo en mi vida”, mencionó Antonio Margarito al decir adiós al ring.
Fue así como una promesa del boxeo mexicano se quedó en el aire. Tuvo buenos momentos dentro del ring, pintaba como una superestrella en ascenso pero al final del día no pudo con todo ese ‘paquete’. Las lesiones le jugaron un trago amargo y al final del día, no consiguió llegar a la cima.