En el mundo del dopaje hemos visto todo tipo de artimañas. Pitazos previos a los exámenes antidoping, sustitución de pruebas de orina o transfusiones de sangre pero ¿se puede dar positivo por amor?
De acuerdo a la Agencia Antidopaje de los Estados Unidos, el atleta norteamericano, Gil Roberts, que ganó la medalla de oro en el relevo 4×400 metros en los Juegos de Río 2016, se dopó sin saberlo al “besar con frecuencia y apasionadamente” a su novia.
Sí, tal vez este sea uno de los casos de dopaje más surrealistas que se han registrado en la historia.
Y según el informe de la Agencia Antidopaje, se confirmó que el atleta dio positivo por una sustancia llamada Moxylong, la cual llegó a su organismo después de besar a su novia, quien durante un viaje a la india, contrajo una infección que habitualmente es tratada con este medicamento.
Tras meses de investigación, se determinó que no habrá castigo ni suspensión alguna para el deportista, no porque la sustancia no sea prohibida, sino porque se comprobó que se ingirió de manera inadvertida, por lo que Roberts podrá participar en el Mundial de Atletismo que se celebrará en Londres el próximo mes de Agosto.
De paso, nos enseñó que cuando los chupetones no bastan, uno siempre puede gritar ¡bésame hasta doparme!