Así de rápido pasa el tiempo. Un día como hoy pero del 2002 se jugaba el partido de playoffs entre Oakland Raiders y los New England Patriots, encuentro que después sería bautizado como el Tuck Rule Game.
Un juego que pasaría a la historia no tanto por el resultado, sino por una decisión de los árbitros que cambiaría totalmente el desarrollo del mismo. Con un 1:50 minutos por jugar Tom Brady sacó la jugada y sin receptores abiertos, hizo la finta de que iba a lanzar. Ahí, llegó Charles Woodson que capturó al mariscal e hizo lo que parecía un balón suelto.
Los Raiders se quedaron con el ovoide, pero los referees no sabían si dar así la jugada o revisarla. El grupo dirigido por Walt Coleman fue a checar el video y de ahí se hizo toda la polémica.
Coleman utilizó la Regla 3, sección 22, artículo 2, nota 2 que indica lo siguiente: Cuando un jugador tiene el balón, hace el movimiento con la intención de lanzar hacía adelante pero se ve interrumpido por un defensivo, si se pierde posesión será un pase incompleto.
El problema con esto fue que esa regla era relativamente nueva, pues se había impuesto tres años atrás, entonces tomó a todos por sorpresa. De ahí, los Patriots mantuvieron la posesión del balón, mandaron tres jugadas más y de Adam Vinatieri empató el partido para llevarlo a tiempo extra.
New England ganó el volado para quedarse con el balón. Hicieron una serie de 61 yardas en 15 jugadas para que Vinatieri, con la seguridad que siempre lo ha caracterizado, anotara el gol de campo ganador dejando el marcador 16-13 a su favor.
Ahí comenzó una dinastía, misma que pudo no ser por esa decisión de los árbitros. Fue la primer victoria de Tom Brady en playoffs, algo que después se le haría muy común.
Por si fuera poco el Tuck Rule a pesar del tiempo, sigue con la discusión sobre si estuvo bien o mal lo que pasó. Claro, para los Pats fue el inicio de una época llena de éxitos, pero para los Raiders siempre será recordado como lo que pudo ser y lo que le arrebataron las ‘zebras’.