Por Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11
El olor a derrota y decepción rondó de nueva cuenta a la Selección Mexicana de Futbol en una justa internacional, pero apareció Héctor Moreno para sentenciar un empate agónico ante Portugal. Demasiado premio para un Tri que no jugó a ganar.
México presentó por primera vez en su historia una alineación conformada exclusivamente por futbolistas que juegan en Europa. Sí, hasta ahí todo bien, pero después viene el análisis y por lo menos cuatro o cinco de ellos están muy por debajo de su nivel.
El peor, Miguel Layún. Un desastre en defensa (en el segundo gol fue desbordado como un cono) y total nulidad al ataque. La explicación de su pobre desempeño es sencilla: tiene tres meses sin jugar porque en el Porto ya ni siquiera era convocado a los partidos en la segunda parte de la temporada; sin embargo, para Osorio es titular indiscutible.
Haciéndole competencia a Layún está Carlos Salcedo. Cierto que no es su posición natural la lateral derecha (otra improvisación de Osorio), pero en conceptos básicos como atacar un balón aéreo demostró que tiene un gran promotor y por eso estará por segundo año en el balompié del ‘Viejo Continente’.
Héctor Herrera y Andrés Guardado, con calidad de sobra y reconocida jerarquía en el Tricolor, también estuvieron muy por debajo de su nivel. El mediocampista del Porto no pesó, fue incapaz de comandar los ataques nacionales y Jonathan dos Santos lo opacó por completo en esa zona del campo.
Mientras que Guardado, quien va saliendo de una lesión, denotó que está fuera de ritmo, ya no tiene la velocidad de antaño y su influencia en el encuentro fue mínima, cuando se trata de un futbolista que no suele pasar desapercibido.
Jona y Memo Ochoa tienen la nota más alta con desempeños que rozaron el tope de sus capacidades. El volante del Villarreal es un todoterreno que no para de correr, apretaba la salida de Portugal, se movía al área para ofender, aparecía en la propia sacando balones. No se cansa, su esfuerzo y calidad son plausibles.
Héctor Moreno, no solo por el gol, también cumplió con una acertada labor, más allá de que adoleció poco entendimiento con Diego Reyes y en varias ocasiones la defensa nacional fue exhibida. Sin embargo, la jerarquía del ahora jugador de la Roma es evidente en cada acción.
Vimos a una Selección Azteca bipolar, priorizando el manejo del esférico en el arranque de ambos tiempos, tratando de abrir a Portugal, pero en cuestión de minutos ofrecía otra cara: frágil en defensa, sin conexión entre líneas (no jugó ningún extremo natural), con errores primarios y un Guillermo Ochoa prodigioso que evitó por lo menos tres goles cantados.
Carlos Vela no tuvo su mejor partido, errático en el inicio, pero de a poco e incluso sin jugar bien, es el futbolista más brillante del Tri y lo demostró en el pase a Hernández para el 1-1. De forma inverosímil fue relevado por Giovani dos Santos en los primeros minutos del complemento, y Gio fue un fantasma, su nivel ‘MLS’ salió a relucir en plenitud.
Tan incomprensible la salida de Vela como el ingreso de Giovani…
Por si fuera poco, Osorio siguió con los experimentos y le dio entrada a Néstor Araujo para prescindir de Salcedo, con lo que colocó a Diego Reyes de lateral derecho. Sí, Reyes es defensa central, pero un nuevo ‘invento’, ¿por qué no?
Al final, Moreno rescató un empate que adquirió tintes heroicos si solo se observa la superficie; lo cierto es que Osorio respetó de más a un Portugal que no es de otro mundo, salvo Cristiano Ronaldo, y se encontró con un punto pese a tantos experimentos y a una necedad inexplicable de poner en la cancha a futbolistas con un nivel tristísimo.