Una rechifla monumental le dijo a México que este no es un Adiós, sino más bien una exequías antes del Mundial. Sí algo ha hecho Juan Carlos Osorio es poner a todo México en su contra. Nadie lo quiere. El grito fue ensordecedor, un Do de pecho que exige de inmediato la salida de Osorio. Su renuncia irrevocable a partir del día de hoy.
México no solamente aburrió, sino fue capaz de colmar hasta el tuétano el hartazgo de una nación que busca una fuga a través del fútbol. No ocurrió así. El colombiano parece colmar el ánimo mexicano hasta el punto de que el mundo crea que lo mejor que le pueda pasar a un país son unas elecciones. ¡Patrañas!
México fue un guiñol de Osorio, un muñeco de trapo sin vudú, pero con muchas agujas en el corazón. Si bien es cierto Alemania no ha ganado sus últimos partidos, el recuento de los daños nos recuerda que Alemania es un gigante, mientras que este pequeño equipo es tan endeble, que hasta Pulgarcito con un simple Bu, los espantaría…