Por donde se le busque y se le vea, Matías Almeyda, técnico de las Chivas, vivió una noche de pesadilla el sábado.
Primero, su equipo fue goleado 4-1 por el Monterrey; segundo, fue expulsado por el árbitro Roberto García Orozco, y aunque aparentemente se iba tranquilo al vestidor, incluso tras darle la mano al silbante, a su paso pateó una botella como síntoma de frustración.
Y es que no era poca cosa, además de la derrota, significó la primera expulsión para el Pelado en México. Ya hace un año lo habían suspendido porque en una conferencia llamó “delincuente” a un árbitro.
La cosa no termina ahí, pues resulta que, desconociendo el reglamento o en todo caso violándolo, Matías se presentó en la conferencia de prensa posterior al juego ante Rayados, situación que no podía hacer tras haber sido expulsado del juego.
Aunque el reglamento no se especifica si esta situación amerita una sanción, esto dice al respecto el artículo 70:
Área de trabajo del Director Técnico
Al término del partido, los Directores Técnicos y/o Auxiliares Técnicos que ocupen el lugar del Director Técnico debido a una ausencia justificada de éste, están obligados a acudir a la Conferencia de Prensa que de conformidad con el protocolo debe celebrarse al finalizar un partido, bajo pena de ser sancionados de acuerdo con lo que dispone el Reglamento de Sanciones. Esta disposición no aplica para Directores Técnicos y/o Auxiliares Técnicos que hayan sido expulsados del encuentro, por lo que en tal caso no acudirán a dicha Conferencia, debiendo permanecer en vestidores o en el autobús del equipo.
Almeyda dijo no entender por qué lo echaron, pero no le quedó de otra que resignarse.
“Es la primera vez que me expulsan y sin insultar, solo hice un reclamo y el árbitro nunca se dio cuenta del motivo, solo el (juez de) línea dijo que me expulsara y bueno me expulsaron”.
